Más de 17.000 puntos de compostaje consolidan en Galicia el reciclaje casero de restos orgánicos

Más de 400 entidades entre concellos, colegios y asociaciones recibieron recipientes de Sogama en la última década ▶ La sociedad ambiental proporciona los medios materiales y la formación necesaria para convertir la basura en abono
Ejemplo de un compostero abierto para mostrar los restos orgánicos en pleno proceso de descomposición y conversión en abono o 'compost'. AGN
photo_camera Ejemplo de un compostero abierto para mostrar los restos orgánicos en pleno proceso de descomposición y conversión en abono o 'compost'. AGN

La Sociedade Galega do Medio Ambiente (Sogama) consiguió consolidar el modelo de reciclaje doméstico de restos orgánicos, el conocido como compostaje, en apenas una década. Desde que en el año 2010 inició este programa en varios municipios de A Mariña lucense, la sociedad, en estrecha coordinación con la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda —de la que depende—, ha distribuido de forma gratuita más de 17.300 compostadores entre 404 entidades repartidas por todo el territorio, desde concellos a colegios o asociaciones. Ilustrado de otro modo significa que hoy hay un compostador por cada 150 gallegos, lo que da muestra de lo extendida que está esta práctica que reporta importantes beneficios ambientales, económicos y sociales.

El compostaje doméstico no es más que el reciclaje de la materia orgánica en origen, convirtiéndola en un abono natural con excelentes propiedades para el suelo. En el fondo, se trata de recuperar una práctica tradicional en el medio rural gallego como es la segregación de los restos orgánicos para alimento del ganado y para su utilización como abono.

Sogama inició el programa en 2010 y desde entonces se sumaron 220 concellos, 156 colegios e institutos y 28 entidades sociales

Hoy, 220 ayuntamientos, 156 colegios e institutos y 28 entidades sociales están adheridas al programa de compostaje de Sogama, que es la sociedad encargada de proporcionar los medios materiales y la formación necesaria para que los ciudadanos, que son los verdaderos motores de la iniciativa, puedan llevar adelante el compostaje en sus hogares.

El núcleo esencial de esta experiencia son los compostadores, que tienen una capacidad de 390 y 400 litros y están fabricados con materiales reciclados y reciclables. Su función es propiciar que el proceso de autogestión de la materia orgánica por parte de los ciudadanos se lleve a cabo de forma cómoda, higiénica y eficiente, según indica Sogama.

MÚLTIPLES BENEFICIOS. La única condición indispensable para sumarse al programa es que las viviendas participantes sean unifamiliares y dispongan de un pequeño terreno —huerto, jardín o tierras de cultivo— en el que aplicar el abono resultante, permitiendo de esta forma cerrar el círculo de reciclado de los residuos orgánicos a través de su conversión en compost, un abono natural con excelentes propiedades para el suelo, ya que, además de aportarle nutrientes, incluso lo protege frente a algunas plagas y enfermedades.

Pero además de los beneficios estrictamente agrícolas, detrás del compostaje hay mucho más. Dado que la materia orgánica representa en torno al 42% de la composición media de una bolsa de basura tipo, si esta se recupera en origen, se evita su depósito en el contenedor verde convencional, permitiendo a los ayuntamientos que disminuyan la frecuencia de recogida y transporte, con el consiguiente ahorro de emisiones de CO2 a la atmósfera.

Eso desde el punto de vista ambiental, porque a nivel económico los concellos también aminoran la factura al reducir las cantidades de residuos que envían a recibir tratamiento finalista en planta.

Y por último, desde la vertiente social, cabe indicar que, al gestionar una buena parte de la basura en los propios hogares, se evita el continuo desplazamiento de los ciudadanos a los contenedores de recogida selectiva, ya que materiales como el papel/cartón, el vidrio y los envases ligeros —envases de plástico, latas y briks— pueden almacenarse varios días en casa sin riesgo de olores.

FORMACIÓN Y RECURSOS. Además del suministro de recipiente y aunque compostar no es un proceso ni mucho menos complejo, Sogama se encarga de ofrecer la formación necesaria y de editar material didáctico de apoyo. Y un ejemplo de ello es el manual didáctico que entrega con cada compostador para que las familias adscritas al programa puedan utilizarlo como guía.

En el mismo se describe la técnica a llevar a cabo: desde la propia ubicación del compostador, que debe estar en contacto directo con la tierra para facilitar la entrega de los microorganismos descomponedores, hasta la relación de materiales que deben —y sobre todo que no deben— depositarse en el mismo, dando respuesta a las dudas más habituales que plantean los usuarios.

Asimismo, y en coordinación con los ayuntamientos y centros educativos y sociales que participan en el programa de compostaje doméstico, personal técnico de Sogama imparte cursos de formación en los que se explica la operativa, así como el necesario control de parámetros tales como el oxígeno, la temperatura y la humedad, todos ellos de enorme relevancia para obtener un abono que cumpla con todos los requisitos establecidos en la normativa vigente y que pueda ser utilizado en la agricultura con garantías y sin restricciones.

De forma complementaria, todos los participantes o simplemente interesados en el compostaje casero tienen a su disposición un sitio web específico, la página compostaconsogama.gal, a través del cual pueden acceder a distintos recursos divulgativos, como vídeos explicativos, juegos didácticos para los más pequeños o guías interactivas para compostar. Todo para que nadie tenga ya excusa para no incorporar un compostero a su día a día.

Biorresiduos
Galicia tendrá 4 nuevas plantas
Sogama y la Xunta trabajan de forma paralela en la configuración de una red de infraestructuras para el compostaje de la materia orgánica recogida de forma selectiva a través del quinto contenedor, de color marrón, que se encuentra en plena fase de implantación.

Esta red estará integrada por cuatro plantas de biorresiduos: la de Cerceda, que ya funciona, y las de Cervo, Vilanova de Arousa y Verín, una por provincia. Estarán apoyadas por 13 plantas de transferencia que contarán con una tolva específica para el trasvase de la fracción orgánica, facilitando su transporte hasta la planta de compostaje.

2,2 millones de gallegos recibirán servicio de esas nuevas instalaciones, de forma que la inmensa mayoría tendrá una planta de compostaje o de transferencia a menos de 50 kilómetros de distancia.

Fecha límite: 2023
Los concellos tienen de plazo hasta finales de 2023 para implantar la recogida separada de la materia orgánica contenida en los residuos urbanos a través del contenedor marrón, y materializar la recogida selectiva de la fracción orgánica contenida en los residuos urbanos. Si bien se trata de una competencia municipal, con esta red de infraestructuras la Xunta pretende ayudar a los entes locales, que son quienes tienen la responsabilidad en la gestión de los residuos, a dar debido cumplimiento a la normativa.

Desentrañando el compostaje

A menudo surge el miedo o las dudas ante lo desconocido. Ocurrió con los primeros pasos que daba el compostaje doméstico hace ahora más de una década. Sin embargo, hoy es una práctica generalizada en miles de hogares gallegos por sus beneficios y, sobre todo, por su simplicidad.

¿Cuánta basura generamos?

Cada gallego genera 1,15 kilos de residuos al día y, de ellos, casi la mitad (42%) es materia orgánica, lo que quiere decir que se puede convertir en abono. Hacerlo ahorrará el dinero de tener que tratarla en una planta y el tiempo de llevarla al contenedor.

¿Cómo se hace compost?

El proceso es muy sencillo: se echan los restos de comida o de vegetación en el compostador y al cabo de pocos meses ya se puede obtener compost. Eso es posible por los miles de microorganismos, desde algunos visibles como gusanos o insectos hasta otros minúsculos, que aparecen durante el proceso de fermentación, que lo aceleran y que se alimentan de esa materia orgánica, descomponiéndola hasta formar ese compost.

¿Qué es el compost?

Pues son los restos de toda esa basura orgánica, pero ya pasados por el filtro de la naturaleza, por lo que su aspecto es el de una tierra fina y oscura con olor a monte y repleta de nutrientes beneficiosos para el suelo y la vegetación, de ahí que se use como fertilizante. Al carecer de cualquier sustancia química y ser totalmente natural, no tiene ningún efecto nocivo sobre el suelo e incluso actúa como bactericida y fungicida.

¿Qué se necesita?

Para sumarse al programa de compostaje de Sogama el único requisito es tener un trozo de finca, huerto o jardín donde tener el compostador y donde usar posteriormente el abono resultante. A partir de ahí solo se necesita el recipiente —que hasta se podría prescindir de él—, restos orgánicos, agua y una pala para remover la materia de vez en cuando y para sacarla una vez esté lista.

¿Qué puedo echar?

Esta es una cuestión clave porque el compostador no lo engulle todo. Para obtener un buen compost es idónea la mezcla de restos de comida como frutas y verduras, cáscara de huevo, pan, pasta o arroz e incluso pescado y carne, aunque de estos últimos es mejor no abusar. También sirven los posos de café e infusiones, la ceniza o el serrín de madera no tratada, papel, cartón y periódicos, estiércol y todo tipo de restos de podas, raíces, hojas, césped, sobrantes de la cosecha... Y hasta polvo y pelo contenido en el aspirador, telas naturales o plumas.

¿Y qué no puedo usar?

Las excepciones para el compostador son pocas, pero las hay. No sirven los aceites, así como tampoco la madera si está tratada con pinturas o barnices ni las plantas enfermas o con pesticidas. Y deben evitarse las hojas de dos árboles: pinos y eucaliptos. Tampoco son buenos los productos lácteos, los excrementos de personas —ni pañales—, perros o gatos, las medicinas y objetos duros como piedras, plástico, envases, metal, vidrio. Y ojo al papel, porque el de revistas o catálogos no sirve al tener tinta a color y otros tratamientos.

¿Puede darme problemas?

No es lo habitual. Si el depósito se ubica en un lugar adecuado —una zona sombrada y no sometida a grandes cambios de temperatura—; de la forma correcta —en contacto directo con el suelo orgánico y no sobre cemento o madera—; y se siguen los consejos sobre los restos orgánicos válidos y un mínimo mantenimiento de removerlo de vez en cuando, el compostaje irá como la seda. Los problemas más frecuentes que puede haber están vinculados a la lentitud de la decomposición de la basura por problemas de oxigenación o humedad y, en menor medida, problemas de malos olores y presencia de insectos. En todo caso, nada que no se solucione a través de los manuales que edita la propia Sogama.

¿Cuánto tarda?

Con la materia prima y las condiciones ambientales óptimas, las tres fases del compostaje —descomposición, termófila y maduración— se aceleran y en tres o cuatro meses ya hay compost.

Compostador doméstico de Sogama¿Cómo funcionan los compostadores domésticos de Sogama?

El compostador tipo de Sogama es un recipiente de material reciclado y reciclable de unos 400 litros de capacidad que facilita la circulación de aire dentro, lo que ayuda a la descomposición de restos. Es cómodo de montar, accesible para sacar el compost y evita los malos olores.

¿Y quién no tiene huerto?

Las personas sin espacio físico para compostar también lo podrán hacer en breve, porque Galicia tiene de límite hasta el 31 de diciembre de 2023 para implantar la recogida selectiva de esa materia orgánica a través de un quinto contenedor: el marrón. La UE busca incrementar así el reciclaje mediante la fabricación de compost. En este caso se hará en plantas de Sogama y no será doméstico, aunque el proceso y el resultado final es el mismo. Será el paso más importante que dará la sociedad en materia de compostaje desde que comenzó esta práctica, que nació prácticamente al mismo tiempo que la agricultura y la ganadería, aunque el considerado padre del compostaje moderno es Sir Albert Howard, alrededor de 1920.

Mapa compostaje Sogama

Más del 70% de los municipios de Pontevedra se sumó al programa

La provincia dispone de 5.788 compostadores repartidos entre 108 entidades

En cuanto al reparto territorial del programa de compostaje doméstico de Sogama, a la provincia de Pontevedra le corresponden con datos actualizados 5.788 de los 17.300 compostadores repartidos a lo largo de la última década, lo que significa que son un tercio de los existentes hoy en toda la comunidad.

Todos ellos se distribuyen entre más de un centenar de entidades colaboradoras; en concreto un total de 108.

La gran mayoría de esos depósitos (5.713) están en hogares de los 45 ayuntamientos adheridos al plan —son más del 70% de las entidades locales pontevedresas—. Otros 65 recipientes se ubican en 56 centros educativos y hay diez más en los que fabrican compost siete colectivos.

La sociedad ambiental Sogama destaca la amplia implantación del programa de compost en la provincia, siendo la que mayor tasa de reparto territorial de compostadores tiene, solo por detrás de la de Ourense.