Marino Giménez y un guardia civil, de nuevo en el juzgado por el robo a unos narcos

Además de ellos, otros cinco acusados se sentarán en el banquillo en la repetición de un juicio cuyas penas fueron anuladas por el Tribunal Supremo
Marino Giménez. ADP
photo_camera Marino Giménez. ADP

La sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra (con sede en Vigo) acogerá desde el lunes la repetición del juicio contra Marino G.J. –uno de los hermanos del conocido como rey de los gitanos de Galicia, Sinaí Giménez–, el exguardia civil Enrique P.M., y otros cinco acusados del delito de tráfico de drogas y de pertenencia a grupo criminal.

Los siete procesados ya fueron juzgados hace algo más de dos años por estos hechos, y la Audiencia Provincial les impuso penas que oscilaban entre los siete años y medio y los cuatro años de prisión, además de multas que totalizaban cientos de miles de euros.

Sin embargo, el Tribunal Supremo anuló las condenas al considerar que se vulneró el principio de imparcialidad del tribunal que los juzgó, ya que varios de los miembros de ese tribunal tuvieron participación en la resolución de recursos durante la fase de instrucción, por lo que ordenó la repetición del juicio.

Esa segunda vista se celebrará, con otros jueces, en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, en Vigo, los próximos lunes, martes y miércoles.

La Fiscalía pide para Marino G.J. penas que suman doce años de cárcel por ser cooperador necesario en un delito de tráfico de drogas, por integración en grupo criminal, y por tenencia ilícita de armas. Para el exguardia civil, Enrique P.M., pide un total de nueve años y medio de prisión, como autor de un delito de tráfico de drogas y otro de pertenencia a grupo criminal; y para el resto de acusados solicita penas de cárcel que van desde los nueve años y medio hasta los cuatro años y medio de prisión.

ROBO FRUSTRADO DE UNA PARTIDA DE COCAÍNA. Los hechos que se juzgarán tuvieron lugar a principios de 2014 cuando, según el Ministerio Público, Marino G.J. (al que considera cabecilla), Enrique P.M., Marcos G.B., Alfredo I.G. y Alfonso P.C. integraban un grupo criminal dedicado al tráfico de drogas.

El grupo ideó un plan para robar una partida de cocaína a otro grupo de narcotraficantes arousanos, para lo que era indispensable la participación del entonces agente de la Guardia Civil, Enrique, que debía simular un control policial y facilitar la sustracción de la droga.

Así, concertaron una cita con los otros dos acusados, Modesto D.A. y Benito O.O., en Poio (Pontevedra), y que eran los proveedores de la sustancia estupefaciente. Hasta allí se desplazaron, en un coche, Marcos y Alfonso, para recoger la droga; mientras que Marino y Alfredo hicieron lo mismo, para vigilar la operación y avisar a Enrique de los movimientos del transporte hacia O Porriño, de manera que éste estuviera prevenido y pudiera darles el alto en las inmediaciones de una gasolinera en Mos.

El plan consistía en que, cuando el guardia les diera el alto, Marcos (que traía la droga en un coche con los dos contactos arousanos) aprovecharía para sustraer el paquete de cocaína, de algo más de medio kilo.

Sin embargo, dicho plan se frustró, porque los acusados estaban siendo investigados por la Policía Nacional, que los interceptó en el momento en el que se disponían a simular ese control de la Guardia Civil y a apropiarse de la cocaína.

Tras la detención, la Policía encontró, en casa de Marino G.J., en Tomiño (Pontevedra), una pistola con sus correspondientes cartuchos, un revólver de fogueo, tres navajas, 13 teléfonos móviles (además de los otros dos que llevaba encima en el momento de ser arrestado), una máquina de contar dinero y diversas cantidades de cocaína, heroína y cannabis.