Los trenes circulan por Angrois sin la seguridad máxima 4 años después

Este verano tendría que estar operativo el ERTMS en la curva pero su instalación se demora al tener que trabajar en una vía con circulación
Un tren pasa por la curva de A Grandeira, en Angrois
photo_camera Un tren pasa por la curva de A Grandeira, en Angrois

La curva de A Grandeira en la que el 24 de julio de 2013 fallecieron 80 personas y más de un centenar resultaron heridas tras descarrilar el tren Alvia procedente de Madrid continúa hoy, cuatro años después de la tragedia, sin las medidas de máxima seguridad en la vía; o lo que es lo mismo, sin el sistema ERTMS.

La razón es que los trabajos adjudicados por Adif en julio de 2015 al consorcio formado por Alstom, Siemens y CAF por 63,2 millones de euros —incluidos 20 años de mantenimiento— y que contemplaban la dotación de esta tecnología tanto en el eje atlántico —línea A Coruña-Vigo— como en las proximidades de la estación de Compostela —línea SantiagoOurense— se están demorando más de lo previsto. Tanto, que inicialmente se contemplaba que a finales del año pasado estuviesen listos, ya que se barajó un plazo de doce meses de ejecución y los operarios iniciaron los trabajos a principios de febrero de 2016. Sin embargo, la realidad fuera del papel es bien diferente.

Fuentes de Adif atribuyen esta disfunción en el calendario concebido inicialmente a la dificultad que entraña el trabajo sobre el terreno en una línea abierta a la circulación, ya que limita mucho tanto las horas de trabajo como el tipo de labores que se realizan, al tener que respetar el paso de los trenes. Por esa razón, nadie se atreve, ni siquiera el administrador ferroviario, a ofrecer una fecha en la que el ERTMS pueda estar activo tanto en la zona de Angrois como en el eje atlántico.

En el caso concreto del fatídico tramo compostelano, Siemens inició la colocación del ERTMS a finales de enero de 2016 y, según algunas fuentes, la vía podría quedar lista para realizar pruebas antes de que termine este año, si bien después todavía tendría que pasar el filtro de Renfe y sus trenes auscultadores. En la licitación original se hablaba de un periodo máximo de seis meses para lo que se denominaba "pruebas de validación y puesta en marcha" de la línea, lo que llevará la activación de este sistema de seguridad en Angrois con total certeza a 2018, incluso al verano. Esto significaría una espera de cinco años para disponer de la máxima garantía en la vía que sufrió el mayor accidente ferroviario en décadas en España.

MEDIDAS DE REFUERZO. Aunque A Grandeira está considerado uno de los puntos negros de la red de ferrocarril gallega y española por la brusca deceleración que se ven obligados a afrontar los maquinistas —se pasa de 200 a 80 kilómetros por hora en un espacio muy corto, a la salida de un túnel y en una curva— y sigue sin ERTMS, es cierto que la instalación de una serie de balizas y el refuerzo de la señalización poco después del accidente evitaría que se repitiese la tragedia. Sin embargo, se trata de un parche que para algunos expertos podría minimizar las consecuencias, pero no evitaría el siniestro, algo que sí conseguiría el otro dispositivo, capaz de frenar el tren en caso de error del conductor.

De ahí la importancia de contar con el sistema, que consiste, simplificando, en una serie de balizas en las vías y un software a bordo que intercambian información y controlan en todo momento el convoy en caso de que el maquinista se despiste o sufra algún percance.

Es el dispositivo que se emplea en todo el trazado de alta velocidad y, de hecho, en la nueva línea de Madrid a Galicia, como en otras de España, ya se está instalando en su nivel 2, que añade al sistema de información de balizas y software —conocido como trentierra— más datos vía GSMR.

En este contexto, y a las puertas del cuarto aniversario del accidente del Alvia, las víctimas todavía se preguntan por qué el ERTMS entre Ourense y Santiago no llegaba a la capital gallega, en el kilómetro 88, y paraba antes, en el 84, dejando ese pequeño trayecto —en el que precisamente está Angrois— desprotegido. Su teoría es que Fomento aceleró al máximo la inauguración de la línea en 2011 por interés electoral, ya que desplegar todo el ERTMS podría demorar la obra muchos meses, como ahora parece quedar demostrado. 

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