Los imputados niegan haber pedido al subdelegado que les retirara multas

Raposo Magdalena, a su llegada a la Audiencia este martes (Foto: XESÚS PONTE)
photo_camera Raposo Magdalena, a su llegada a la Audiencia este martes (Foto: XESÚS PONTE)

El alcalde de Pedrafita do Cebreiro, José Luis Raposo Magdalena, aseguró este martes que "nunca" habló con el exsubdelegado del Gobierno, Jesús Otero, para que le quitase ninguna sanción. Lo dijo en el curso de la segunda jornada del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Lugo por la supuesta retirada irregular de sanciones en la Jefatura Provincial de Tráfico. 

La declaración de los 23 imputados en el juicio por la supuesta retirada irregular de multas en la Jefatura Provincial de Tráfico de Lugo terminó este martes, en torno a las once y media de la mañana, antes de lo previsto inicialmente por la sala, dado que se había reservado fecha hasta este miércoles en la Audiencia Provincial para interrogar a los procesados.

El juicio se retomará la próxima semana, el lunes 26 de mayo, a partir de las once y media de la mañana, y están reservadas otras dos jornadas para concluir la vista oral, el martes y el jueves, días 27 y 29 de mayo.

En el caso de Raposo Magdalena, la multa que lo sentó en el banquillo de los acusados no le fue impuesta a él, sino que se trata de una sanción tramitada por una infracción cometida por el conductor de un camión del Ayuntamiento de Pedrafita, concretamente el día 24 de septiembre de 2007 en la autovía del Noroeste (A-6).

A preguntas del ministerio fiscal, Raposo Magdalena afirmó que tuvo conocimiento de esa multa dos años después, concretamente en 2009, justo cuando el juzgado que instruyó el caso le envió un requerimiento para que identificase a la persona que conducía ese camión el día que se cursó la denuncia.

A preguntas del fiscal, el regidor local precisó que, posiblemente, la notificación de esa sanción llegó al Ayuntamiento de Pedrafita do Cebreiro, pero no a su "despacho". También afirmó que, en aquel momento, nadie le notificó que uno de los camiones del parque móvil había sido sancionado por una infracción de tráfico.

Raposo Magdalena explicó que cuando el juzgado envió el requerimiento para identificar al conductor del vehículo pesado que cometió la infracción, no fue posible determinar qué chófer iba al volante del camión cuando se cursó la denuncia. Explicó que en el Ayuntamiento de Pedrafita trabajan más de sesenta personas, de las que casi la mitad conducen los vehículos del parque móvil.

Además, recordó que el vehículo sancionado se utilizaba para retirar nieve de las carreteras y para alquitranar pistas, por lo que son "camiones especiales", que "no llevan disco de tacógrafo", lo que dificultó todavía más la posibilidad de identificar al conductor.

"¡Qué más quisiera yo que saber quién es el chófer!", dijo el alcalde, pero fue "imposible identificar quién llevaba el camión".

También a preguntas del fiscal, afirmó que "nunca" le pidió a Jesús Otero que le retirase ni esa ni ninguna otra sanción. "No pedí trato ninguno" de favor, dijo Raposo, ni "trasladé nada, ni al subdelegado del Gobierno ni a nadie".

"No hablé con el subdelegado del Gobierno sobre esto", insistió el alcalde, quien también se preguntó "qué beneficio" personal le iba a reportar a él "el archivo de una multa al Ayuntamiento" de Pedrafita.

LUCIANO ARMAS, JOSÉ RÁBADE Y JUAN JOSÉ MOLINA

También prestó declaración por la  mañana el que fuera vicario general de la diócesis y deán de la catedral de Lugo, Luciano Armas, quien también negó haber solicitado trato de favor alguno para que le retirasen cuatro sanciones por exceso de velocidad e incluso dijo sentirse "sorprendido" por haberse visto implicado en algo en lo que no tuvo "ni arte ni parte".

Armas explicó que su coche era utilizado por otras tres o cuatro personas que trabajan con él y cuando llegaron las sanciones, esos compañeros quedaron en hacerse cargo de "la gestión" de las multas, porque él no tenía constancia de que, al menos en el caso de dos de ellas, se las hubiesen puesto a él.

Según su declaración, cuando le dijeron que "todo estaba arreglado", se desentendió del problema y no preguntó más. "Me fiaba de ellos", dijo al tribunal, y "me sorprendió verme afectado por todo esto".

Aunque reconoció que conoce "desde pequeño" a Jesús Otero, aseguró que nunca le pidió que le retirase ninguna multa, porque "a un amigo" no le haría "una faena". De hecho, reconoció que por "cuestiones de trabajo" tuvo que viajar a veces "con el tiempo justo" y, por lo tanto, "pagar multas".

Por su parte, el que fuera concejal de seguridad ciudadana en Lugo José Rábade negó también que le hubiesen quitado ninguna multa. En declaraciones a los medios de comunicación, antes de entrar en la vista oral, el que fuera concejal de Seguridad Ciudadana en el municipio de Lugo dijo que acudía a este juicio a "defender" su "inocencia". "Nunca me quitaron ninguna multa de tráfico. Las pago todas y lo puedo demostrar", añadió.

Durante su declaración ante la sala, el anterior delegado provincial de la Consellería de Cultura, Juan José Molina, explicó que a él le impusieron una sanción por exceso de velocidad y reconoció que sí llegó a hablar con el jefe provincial de Tráfico para preguntarle si había alguna posibilidad de recurso, dado que había superado el límite en el transcurso de un adelantamiento. Negó que hubiese pedido que le retirasen la multa y, de hecho, después de las explicaciones que le dieron en Tráfico, ni siquiera presentó recurso.

Dijo que al no recibir la sanción, pensó que quizás hubiese prescrito por silencio administrativo, pero nunca lo atribuyó a ningún tipo de influencia por el uso de su cargo. 

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