Los drogodependientes gallegos completan su tratatamiento en pisos de reinserción

Decenas de drogodependientes gallegos utilizan cada año los pisos de incorporación social impulsados por distintas asociaciones de la comunidad, con los que se busca apoyar el tratamiento terapéutico al que se someten jóvenes --y no tan jóvenes-- para dejar atrás las drogas y comenzar una nueva vida. El perfil del usuario y el tiempo de estancia varían en función de cada caso, pero la finalidad siempre es la misma: normalizar la situación del paciente hasta completar su recuperación.

Según los datos que maneja la Consellería de Sanidade, cinco entidades cuentan en la comunidad gallega con ayudas de la Administración autonómica para mantener este tipo de recursos asistenciales. Algunas tienen también el apoyo de los ayuntamientos y otros organismos. Y es que al gasto que representa mantener esta vivienda hay que añadir el de los profesionales que se hacen cargo de su funcionamiento.

Érguete es una de las asociaciones que cuenta con este recurso. En coordinación con las Unidades Asistenciales de Drogodependencias, dispone en Vigo de tres "viviendas de apoyo al tratamiento" en régimen residencial temporal abierto. Dos de ellas son para hombres --suman en total 12 plazas-- y la tercera es exclusiva para mujeres, con cinco plazas.

El objetivo de este programa es "ofrecer un núcleo de convivencia" a aquellas personas que llevan a cabo un tratamiento, así como facilitar la orientación sociolaboral de los usuarios (muchos lo han perdido todo y comienzan una nueva vida), además de fortalecer el mantenimiento de la abstinencia o promover la recuperación "de las responsabilidades de la vida diaria", explican desde esta asociación. Los periodos de estancia media suelen estar entre los seis y los doce meses, en función de la evolución de cada persona. En este recorrido reciben la ayuda de personal de la asociación: coordinadores, psicólogos, trabajadores sociales y educadores.

"Nuestra vivienda es un apoyo residencial; nos encontrábamos con personas que tienen problemas y carecen de apoyo familiar, que están solas", explica Adelina Diéguez, de la asociación Abeiro. Este colectivo cuenta con una casa en Ourense que dispone de diez plazas, y "normalmente están todas ocupadas". "El ambiente en el que vivían no es el más adecuado, y aquí desconectan totalmente", subraya Diéguez. El perfil de usuario de la vivienda de Abeiro también varía: los hay que participan en un programa de reinserción, y otros acuden a ella mientras esperan la entrada en una comunidad terapéutica.

La estancia en un piso de incorporación social no tiene nada que ver con el régimen de alojamiento de una pensión o un hotel. El usuario tiene que cumplir una serie de normas de convivencia. Rocío Leiro, trabajadora social de la asociación Rexurdir Provincial de Pontevedra, explica que en el piso de este colectivo "hay unos horarios establecidos" de obligado cumplimiento. Por ejemplo, a las nueve de la mañana tienen que estar las tareas realizadas. Y éstas se reparten de forma equitativa en función del número de residentes. "En nuestro piso hay cuatro plazas, pero como ahora hay dos usuarios se tienen que repartir esas tareas", señala. Rexurdir Provincial también les exige dar negativo en las analíticas para poder acceder a la vivienda.

Las asociaciones coinciden en señalar que el mantenimiento de los pisos de reincorporación social se ha encarecido aún más por culpa de la crisis, al descender los recursos. En el caso de Érguete, la financiación corre a cargo del Concello de Vigo, la Xunta, la Obra Social La Caixa y la Unad, que concentra a asociaciones y entidades de atención a drogodependientes.

ESTANCIAS DE HASTA UN AÑO Y MEDIO
El tiempo de permanencia en un piso de reincorporación social varía en función de cada usuario y de las normas que establecen las asociaciones. Así, Érguete-Vigo calcula que la estancia media se sitúa "entre seis y doce meses", en diferentes etapas (adaptación, desarrollo del proyecto, salida y seguimiento). Pero en algunos casos se puede prolongar "hasta un año y medio", señala Rocío Leiro, de Rexurdir Provincial.

La Xunta ha aprobado una ayuda de 196.000 euros para el mantenimiento en 2011 de los pisos de Ourense, Vigo y Pontevedra. La subvención se dirige a cinco colectivos.

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