Los acreedores de Fadinsa dudan del 'Proyecto Aurora'

Algunos acreedores de Martinsa Fadesa dudan de que el "Proyecto Aurora", un plan para liquidar paquetes de activos con el fin de canjear deuda financiera, sea compatible con el convenio que la inmobiliaria y los acreedores firmaron en 2011 para pagar sus 7.200 millones de deuda en un plazo de hasta 10 años.

Según señalan a EFE fuentes cercanas a las negociaciones, si Martinsa Fadesa se ve incapaz de abonar este año el 12 % de la deuda concursal que le marca el convenio de acreedores y entra formalmente en causa de liquidación, el juez de A Coruña encargado de tramitar el concurso de la inmobiliaria podría tumbar las operaciones gestadas en el marco del "Proyecto Aurora", ya que de facto supondrían un vaciamiento de activos de la compañía en perjuicio de otros acreedores no financieros.

La inmobiliaria anunció a principios de año que dejaba de abonar una anualidad del convenio de acreedores, el concreto del 1 % que equivalía a cerca de 35 millones de euros.

Sin embargo, en virtud del convenio suscrito con los acreedores y con el que dejó atrás la mayor insolvencia de la historia empresarial española, son necesarios dos impagos anuales para que pueda considerarse que existe un incumplimiento del mismo, lo que abocaría a la compañía a la liquidación.

Las mismas fuentes señalan que, tras verse incapaz de abonar el 1 %, parece difícil que la compañía pueda pagar este año el 12 %. No obstante, consideran que para evitar entrar a la liquidación, la inmobiliaria presidida por Fernando Martín podría optar por pagar este año el 1 % que debe, de forma que solo tendría pendiente de pago una anualidad del convenio, con lo que ganaría tiempo.

El "Proyecto Aurora", en el que participa Deloitte, tiene como objetivo diseñar los lotes de activos a fin de llevar a cabo un reparto de activos lo más equitativo posible entre los acreedores de la compañía, inmersa en un proceso de negociación para refinanciar sus 3.900 millones de euros de deuda concursal.

Los lotes estarían integrados por activos residenciales, oficinas, locales o suelos, bienes cuyo valor es inferior al de la deuda de la compañía. Otras fuentes señalan que básicamente se trataría de suelos de poco valor y que los mejores activos, valorados en 300 millones de euros, quedarían en manos de Martinsa.

En este contexto, algunos acreedores advierten de que en el supuesto de la liquidación, la compañía ya no contaría con activos suficientes con los que pagar al resto de acreedores ya que se habría desprendido de ellos mediante el "Proyecto Aurora", que implícitamente contempla una quita, cosa que el convenio de acreedores no lo hace.

A cierre de 2013, el valor de mercado de los activos inmobiliarios del grupo ascendía a 2.923 millones.

Además, está por ver qué pasa con la deuda subordinada y participativa de la compañía, señalan las mismas fuentes.

A comienzos de año la inmobiliaria negociaba a contrarreloj con la banca acreedora distintas operaciones con las que lograr 197 millones de euros con los que revertir su situación de caja negativa y evitar entrar formalmente en causa de disolución.

La compañía había planteado entonces a la banca convertir deuda subordinada en préstamos participativos a fin de que compute como fondos propios. Finalmente, y tras la modificación de la ley concursal, la compañía logró un respiro en su complicada situación financiera.

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