A principios de este mes de abril Laureano Oubiña salía en libertad condicional, tras haber ingresado en el mes de marzo en el Centro de Inserción Social (CIS) Melchor Rodríguez García de Alcalá de Henares al concedérsele el tercer grado penitenciario. Hasta ese momento, cumplía una pena de cuatro años por blanqueo de dinero procedente del narcotráfico.
Este jueves El programa de Ana Rosa recogía la primera entrevista que concedía el cambadés tras salir de prisión. Una conversación a la que se sometía sin la intención de mejorar la opinión que tiene la sociedad sobre su figura. "No vengo a limpiar mi imagen porque es imposible limpiarla. No hay sosa en el mundo que pueda limpiar mi imagen", ha aclarado. Además, reconoce que pecó de chulo, como se puede apreciar en algunas de las frases que pronunció durante uno de los juicios de la operación Nécora; "¿Qué le voy a decir yo si yo no llevaba eso?" o "No conozco este tema, señor", son algunos de esos ejemplos. "Esa chulería que yo tuve la he pagado", dice.
"Esa chulería que yo tuve la he pagado"
En esta línea, habló sus planes para el futuro en los que lo importante es "juntarme con mi familia, con mis hijas y mis nietos". Además, señaló que sigue vinculado con la comunidad, aunque se hubiese informado de que no podría visitarla, a la viaja con cierta frecuencia: "Cuando fui juzgado estuve 19 meses en libertad, no he sufrido ningún destierro en Galicia".
Uno de los momentos más tensos de la entrevista llegó con la alusión a las mujeres que fundaron Érguete en los años 80 para luchar contra los efectos de las drogas, los cuales afectaban, en muchos casos, a sus propios hijos, y sus respectivas movilizaciones ante el Pazo Baion, propiedad en aquel momento de Oubiña. "Yo aplaudiría lo que dicen esas madres si lo hicieran con los traficantes de heroína y cocaína. Ellas fueron allí porque el Pazo Baion era muy jugoso. Sabían que yo no traficaba con drogas duras y conocían a los que traficaban con heroína. ¿Por qué no fueron a sus casas?", dijo.
Ante tal afirmación la réplica no se hizo esperar y la periodista Patricia Pardo mostró su indiganción al insinuar que las activistas, entre las que mencionó a la presidenta de Érguete, Carmen Avendaño, pudiesen haber sacado algún "beneficio" de todo aquello. "Gracias a ellas se llevó a cabo la operación Nécora", apostilló la comunicadora.
