''No fue un secuestro sino una represalia'', dice el líder del rapto de Lalín

Los ocho detenidos por la retención del empresario gallego del sector de la madera continuarán en prisión comunicada y sin fianza imputados por un delito de secuestro y, algunos de ellos, sin especificar, por tenencia ilícita de armas, ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Galicia.

La magistrada del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número uno de la localidad coruñesa de Betanzos ha acordado que los ocho imputados permanezcan en prisión comunicada y sin fianza.

A todos se les imputa un delito de secuestro y a algunos, "por el momento no se puede precisar a cuántos", señala el TSXG, otro de tenencia ilícita de armas tras haber prestado declaración dos veces y haber levantado el secreto de las actuaciones.

En el exterior de la sede judicial el supuesto cabecilla, Jesús Mejuto, ha asegurado que no se trataba de un secuestro, pues era una simple represalia por una madera que le habían robado a su padre.

Además, el propietario de la casa de la localidad pontevedresa de Lalín donde este empresario estuvo secuestrado entre el sábado 18 y el viernes 24 en un habitáculo para la ceba de cerdos ha subrayado que ni él ni su mujer, padres de la novia de Mejuto, sabían que había una persona retenida en contra de su voluntad.

El maderista Abel Diéguez Neira, víctima en este caso, rompió su silencio en una entrevista con un periódico coruñés en la que comenta que los secuestradores buscaban a su hermano cuando le tendieron una emboscada cerca de Betanzos.

En el trayecto hasta Lalín logró abrir dos veces el maletero del coche en el que lo llevaban atado, hasta que uno de los secuestradores lo golpeó hasta casi matarlo y no le quedaron ganas de volver a intentarlo.

El diario Faro de Vigo publica que la familia del empresario debía 16.000 euros a sus captores y que un juez condenó en 2012 a la firma Dieda Forestal a pagar 12.000 euros e intereses al padre de los hermanos Mejuto.

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