La huella de Burón Rojo

Enrique Fernández, fonsagradino fallecido a los 92 años, fue un gran valedor y animador de A Pobra do Burón a su regreso de la emigración. Algunas de las calles de la antigua capitalidad de su municipio llevan los nombre de Lenin, Mao Tse Tung y Fidel Castro

A Pobra do Burón, en A Fonsagrada, perdió a uno de sus grandes valedores, Enrique Fernández, que murió en la casa de sus hijos en Monforte, cumplidos los 92 años de edad, y después de abrir muchos caminos para el municipio.

Nunca mejor dicho. Emigrante retornado, cuando volvió de Barcelona empleó sus ahorros en costear la carretera de A Pobra a San Pedro de Neiro. Su intención era conectar la que había sido la antigua capitalidad del municipio fonsagradino con la costa lucense.

También utilizó el cable para abrir caminos, y gracias a él llegó el teléfono a muchos hogares. Su afán por promocionar el patrimonio lo llevó incluso a comprar la fortaleza de Burón, y a arruinarse con ello.

Su voluntad de conectar A Pobra do Burón con el mundo sigue reflejada hoy en sus calles. A Pobra cuenta con rótulos dedicados a dirigentes comunistas, de Lenin a Mao Tse Tung. Hasta el propio Fidel Castro, que prohibió que se le rindiese culto con plazas y estatuas, contaba ya el día de su muerte con la calle que Enrique Fernández le rotuló.

Autoapodado 'Burón Rojo', los restos de Enrique Fernández Fernández -que deja esposa, María de los Ángeles Campos; dos hijos, Daniel y Martín, y dos nietas, Daniela y Valeria- fueron trasladados el sábado 1 de abril desde el tanatorio de A Fonsagrada hasta el cementerio parroquial de A Pobra do Burón, donde recibieron sepultura y se celebró el funeral de entierro. 

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