La acusada de matar a su bebé en Santiago: "Esta enfermedad va a quitarme 25 años de mi vida"

En la sesión final del juicio, celebrada este miércoles, se ha dirigido al jurado para que tenga en cuenta la esquizofrenia paranoide que padece ►La Fiscalía solicita para ella 25 años de internamiento psiquiátrico y la defensa, libertad vigilada
La acusada, Marisol Fabiola Raue Ortega (izquierda), durante la primera sesión del juicio que se celebró este martes en los juzgados de Santiago de Compostela
photo_camera La acusada, Marisol Fabiola Raue Ortega (izquierda), durante la primera sesión del juicio que se celebró este martes en los juzgados de Santiago de Compostela

Marisol Fabiola Raue Ortega, la mujer acusada de dar muerte a su bebé de seis meses en la habitación de un hotel de Santiago de Compostela, un crimen que ella reconoció y que enmarca en un brote de esquizofrenia paranoide, ha pedido al jurado popular que dirime el caso que no permitan que su enfermedad le quite "veinticinco" años de su vida.

"Yo tengo una enfermedad que me lo quitó todo, a mi niña que era lo que más amaba, a mi marido, y ahora me va a quitar veinticinco años de mi vida", ha lamentado entre sollozos la acusada en su turno de última palabra en la sesión final del juicio.

La Fiscalía, en sus conclusiones definitivas, solicita por este presunto asesinato con la agravante de parentesco, pero con la eximente completa de trastorno mental, que esta persona sea ingresada por un plazo de 25 años en un centro psiquiátrico penitenciario.

Mientras, la defensa se adhiere a las consideraciones del Ministerio Fiscal, pero pide en cambio la imposición de "libertad vigilada" que incluya las medidas de control que considere oportunas el tribunal que evalúa el caso.

En su turno de palabra, la investigada ha asegurado que "amaba mucho" a su hija, y que aún lo sigue haciendo, un pensamiento constante —ha dicho— ya que todavía sueña con ella y piensa que la cuida.

También ha insistido en su deseo de saber donde está enterrada su pequeña para "ponerle flores" puesto que no pudo acudir al entierro de su bebé ya que fue detenida el mismo día de los hechos.

Su alegato final concluyó con un "Lo siento".

En la sesión que ha tenido lugar este miércoles por la mañana también han prestado declaración diversos peritos forenses y psiquiátricos.

Los forenses han corroborado que el bebe murió por asfixia, después de que se le presionase la zona cervical, provocándole con ello la muerte, y han mostrado imágenes de la autopsia, ante las que la madre y autora confesa del crimen ha roto a llorar.

Los expertos han explicado que "es posible asfixiar a un bebé y no dejarle ningún tipo de marca", pero han señalado que en este caso existen "pequeñas marcas de presión" en el cuerpo "y hemorragias en la parte interna de la cabeza".

En cuanto a los peritos psiquiátricos, una de las expertas del Imelga, ha considerado que el acto delictivo realizado por la acusada "parte de la enfermedad" que no pudo "decidir libremente" sobre sus actos, ya que la enfermedad "decidía por ella".

De igual manera, la doctora que atendió a la mujer durante su ingreso durante 40 días en el hospital Gil Casares de Santiago tras la muerte del bebé, ha subrayado que está convencida de que la mujer sufre una esquizofrenia paranoide, ya que los síntomas son "muy coherentes y persistentes en su persona", y que, en consecuencia, no podrían ser fingidos.

No obstante, para esta patología, la experta insiste en que debería estar tratada ya que su estado no le permitiría hacer una vida normal, en la que el tratamiento farmacológico podría no ser suficiente, ya que la acusada había tenido otro brote en una anterior ocasión.

Este jueves, las nueve personas que conforman el jurado recibirán el objeto de veredicto, que consta de dos preguntas a las que deberá responder en cuanto a si consideran acreditado que la acusada dio muerte a su bebé, y si esta persona en ese momento estaba bajo un brote agudo de su enfermedad mental.

En la sesión que tuvo lugar este martes en la sección sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña, la mujer admitió la autoría del crimen pero insistió en que lo hizo porque escuchaba voces que le decían que así salvaría "el universo", ya que su hija era "el mal".

Reconoció así que durante su estancia en la capital gallega con motivo de su participación y la de su marido en un congreso organizado por el Instituto Gnóstico de Antropología en la ciudad durante la última semana de agosto de 2015, asfixió a su hija en la habitación de un hotel.

Contó, tal y como relata el escrito de acusación, que tumbó a la bebé, una niña, sobre la cama, y procedió a presionar con sus dedos la zona cervical de la pequeña para que dejara de respirar, y después la cubrió con una toalla sobre la que colocó piedras en sus esquinas.

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