José Canedo: el cartero siempre llama dos o tres veces

El que fuera candidato de UPyD a la Xunta en 2012 vuelve a la política en medio de la polémica al sustituir en C´s a Antonio Rodríguez
José Canedo (Val do Dubra, 1958)
photo_camera José Canedo (Val do Dubra, 1958)

JOSÉ CANEDO SANTOS pasó en 2012 de ser el cartero que llevaba la correspondencia a San Caetano a convertirse en uno de los rivales del destinatario de muchas de aquellas misivas, Alberto Núñez Feijóo, en la carrera por la presidencia de la Xunta. Esa fue la primera vez que este dubrés de nacimiento y santiagués de adopción llamó a la puerta de la primera línea política, aunque sin éxito, pues no consiguió asiento en O Hórreo. En aquellas autonómicas se presentó por UPyD, el partido entonces liderado por Rosa Díez y ahora moribundo, en parte por la irrupción de Ciudadanos en las mismas coordenadas del mapa político.

Cuando dejó la formación magenta pocos meses después arguyendo discrepancias con la dirección madrileña que lo había encumbrado como candidato, Canedo no tardó en unirse a ese flujo de exmilitantes de UPyD que pasó a engrosar las filas del partido de Albert Rivera, desde donde ahora regresa a la primera fila. Lo hace además envuelto en polémica, acusado, al igual que en 2012, de haber sido colocado a dedo. Y es que el cartero que llevaba la correspondencia a Feijóo sustituirá a Antonio Rodríguez, el único diputado que logró arañar Ciudadanos el 20-D en Galicia, como cabeza de cartel por A Coruña para el 26-J. Una decisión que el damnificado califica de "cacicada" y que el partido atribuye al escaso rendimiento de Rodríguez en su breve periplo en Carrera de San Jerónimo. En realidad, el efímero diputado aún paga las consecuencias de una desafortunada frase que pronunció en la campaña del 20-D y levantó una enorme polvareda: "Ciudadanos no tiene ninguna propuesta para Galicia". 

En las autonómicas de 2012 se presentó por UPyD, el partido entonces liderado por Rosa Díez y ahora moribundo, en parte por la irrupción de Ciudadanos en las mismas coordenadas del mapa político. 


Pese a ello, no son pocos los militantes gallegos de C’s que han roto una lanza en su favor estos días, criticando un dedazo impuesto por la dirección estatal, en las antípodas de la cacareada democracia interna propugnada por el factótum del partido. Pero, al igual que en Pontevedra, donde también fue sustituido el número uno por la pontevedresa María Rey por orden de la dirección, la decisión se antoja inamovible. Y Canedo parte con muchas opciones de salir elegido diputado en el Congreso.

Culminará, si nada se tuerce, la escalada política que inició cuando se afilió a UPyD a finales de la pasada década. Canedo, que fue cartero en Padrón, Madrid y en el barrio santiagués de Vista Alegre, acababa de ser prejubilado por el BBVA, donde acabó tras sucesivas fusiones que lo arrastraron desde Caja Postal. A los 50 años le entró el gusanillo de la política definitivamente. Antes ya había hecho sus pinitos en el movimiento vecinal y sindical. Pronto se hizo uno de los hombres fuertes de un partido escuálido en Galicia. Fue nombrado responsable de finanzas y en noviembre de 2010 los afiliados lo eligieron como candidato a la alcaldía de Santiago. En las municipales del año siguiente solo obtuvo 968 votos, insuficiente rédito para lograr el acta de concejal.

En 2012, cuando una gestora pilotaba UPyD en Galicia en pleno caos interno, Rosa Díez lo respaldó como candidato a Xunta. El santiagués encabezó la lista por Pontevedra, en una decisión que no gustó a muchos militantes del partido en la provincia, especialmente a los de la agrupación viguesa. En unas primarias que algunos, como el entonces coordinador de UPyD en la ciudad olívica, Pedro Larrauri, calificaron de "fraudulentas", Canedo se impuso al vigués Gonzalo Fernández. El partido decidió que la votación interna solo se haría en Santiago, sin urnas en otras ciudades.

Canedo, casado y con dos hijos, madridista hasta la médula, apasionado de La Roja, un tipo afable que llegó a Santiago con 14 años cuando sus padres abrieron un negocio de hostelería en la calle Galeras, ha regresado a la primera fila en C's. Y con buenos contactos.


El cartero compostelano se convirtió así en paracaidista en Pontevedra e hizo campaña arropado por la lideresa del partido, que lo acompañó en varios actos. Dicen que en algunos de ellos los colaboradores le pasaban a un inexperto Canedo las chuletas con lo que tenía que decir. La formación magenta obtuvo un pírrico 1,48% de los votos en las autonómicas y un año después el que había sido su candidato abandonó la formación, despotricando contra la dirección estatal por querer llevar su sucursal gallega desde Madrid y por darle demasiado protagonismo a un "agente externo" como Galicia Bilingüe. Se dijo que al colectivo que lidera la polémica Gloria Lago no le habían gustado algunos posicionamientos de Canedo en materia lingüística, aunque desde Galicia Bilingüe niegan este desencuentro: "UPyD, también cuando estaba él, siempre defendió nuestra postura". Sea como fuere, Canedo llegó a decir en un encuentro digital en Faro de Vigo: "Habitualmente eu falo galego".

BIEN POSICIONADO. Con él se fue de UPyD Juancho Chouza, su amigo, ahora concejal de Ciudadanos en Ribeira y delegado del partido en Galicia. Canedo, que por entonces ya había vuelto a pilotar su moto por las calles de Santiago tras solicitar su reincorporación como funcionario de Correos, asistió en febrero de 2014 a la presentación del proyecto de Rivera en Galicia, un acto celebrado en el Palexco de A Coruña que fue apadrinado por el exalcalde socialista Paco Vázquez. Un mes después fue nombrado portavoz de C’s en Galicia y en las municipales de 2015 concurrió como número tres en Santiago de la lista que lideraba el exedil popular Javier Sánchez-Agustino, hoy referente del partido en Galicia y el primero en las quinielas para ser el candidato a la Xunta.

Canedo, casado y con dos hijos, madridista hasta la médula, apasionado de La Roja, un tipo afable que llegó a Santiago con 14 años cuando sus padres abrieron un negocio de hostelería en la calle Galeras, ha regresado a la primera fila con buenos contactos. El cartero siempre llama dos veces. O tres. O las que hagan falta. Y esta parece dispuesto a completar su reparto más difícil: llevar su carta de presentación al mismísimo Congreso de los Diputados pese a las acusaciones de "enchufismo" de algunos de sus compañeros de filas en Galicia.

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