El alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, ha confirmado este jueves, tras una nueva polémica con los trabajadores municipales, la implantación de un sistema de control telemático sobre el cumplimiento en los horarios de los funcionarios y que sea "más difícil escaquearse", ha dicho.
Esta afirmación se produce después del revuelo suscitado este miércoles cuando el alcalde constató con reloj en mano que ninguno de los diez trabajadores de un servicio municipal llegó a su puesto laboral puntualmente y en lugar de entrar a las 08.00 horas, "a las 08.10 estaba el edificio a oscuras", comentó.
Preguntado sobre ese asunto, el controvertido regidor indicó que el 3 mayo entrará en servicios un nuevo sistema de control para que sea "más difícil escaquearse", tras opinar el actual, que funcionar de forma manual, "no es perfecto", aunque ha permitido "reducir" los casos de absentismo laboral.
"Obviamente tenemos más cosas que hacer pero por supuesto que vamos a controlar", ha apostillado Jácome, quien ha dicho haber dado orden de abrir expedientes a los funcionarios que lleguen tarde a su puesto de trabajo, sin descartar que estos puedan acabar en la apertura de alguno de carácter "disciplinario".
El regidor ourensano hizo estas observaciones en una conferencia de prensa esta mañana sobre turismo termal y la nueva normativa de la Xunta.
A este respecto, Jácome ha criticado el trato de la Xunta hacia Ourense, "la Cenicienta de Galicia" convencido de que este tipo de medidas no se tomarían ni "en Bath, ni en Baden-Beden, Budapest ni en otros puntos termales".
Para el alcalde, lo peor es el "golpe" que supone para una ciudad que, a falta de playa, tiene ese "potencial" tras asegurar que un 80 por ciento de oferta termal quedaría inutilizada. En lo que respecta a las áreas públicas.
