Indignación en los enfermeros tras un test del EIR "retorcido" y con "errores"

Alumnos y docentes denuncian que la prueba fue una "burla" y activan una campaña en la red 

Oposiciones. AEP
photo_camera Oposiciones. AEP

Un examen "largo y muy duro, con preguntas abstractas, inalcanzables, retorcidas y que no se encuadran en los distintos ámbitos de la profesión". Estas son, a grandes rasgos, las críticas de los cerca de 12.000 enfermeros que realizaron el sábado la prueba del EIR (enfermero interno residente), una oposición a nivel estatal que ha levantado polémica en los últimos años y que tiene al sector indignado. En Galicia 1.020 aspirantes se examinaron para optar a una de las 1.092 plazas.

Basta con atender a las preguntas y, sobre todo, a su formulación para advertir el enfado de los aspirantes. Mientras que las cuestiones del test de 2017 estaban compuestas por 13.638 palabras, el año pasado el número aumentó hasta las 15.924. La tendencia ascendente se consolidó este sábado, con casi 18.000, lo que implica que, de media, cada pregunta estaba formada por 76 palabras. Esto redunda, denuncian muchas academias, en que cada vez sea más difícil responder y que un examen que ya de por sí dura cinco horas acabe por ser una pesadilla.

Esa es, precisamente, una de las principales quejas de opositores y docentes: la evaluación del conocimiento pasa a ser secundaria ante la "paciencia y el autocontrol" del que tienen que hacer gala los alumnos para salir airosos. Lo que antes era una evaluación de competencias asociadas a la enfermería, ahora se ha convertido en una prueba "de resistencia".

Si bien el sector lamenta la forma de las preguntas, cómo estas están formuladas, tampoco se queda atrás lo relativo a su contenido. La única asignatura vinculada totalmente a la profesión, Fundamentos de enfermería, apenas estuvo representada en el examen con tres cuestiones de un total de 235.

Por contra, las referentes a especialidades sin reconocer oficialmente, como la médico quirúrgica, se multiplicaron, llegando a las catorce en el ámbito de la cardiología. Las más citadas en redes sociales, el diámetro de la mordedura de una serpiente y la "pregunta estrella": qué volumen de flujo de tos hay que tener para que salga un esputo.

El revuelo levantado ha provocado que un grupo de opositores lanzara en las últimas horas una petición en la plataforma change. org, con la que solicita que se fije un temario cerrado para la prueba. Se trata de la tercera gran queja de los titulados: no hay una base sobre la que trabajar. Sin unas líneas de estudio delimitadas, las cuestiones formuladas por los funcionarios del Ministerio de Sanidad pueden ajustarse a cualquier tendencia o criterio particular, hasta el punto de que cada academia elabora su temario en base a lo preguntado en años anteriores.

A esto hay que añadir los errores en la plantilla de respuestas, que también se dieron en el examen del MIR. La sorpresa de los alumnos fue mayúscula y el nerviosismo empezó a hacer acto de presencia cuando se percataron de que había dos preguntas 190 pero, inexplicablemente, faltaba la 191. Fue, sin duda, el colofón a una prueba de cinco horas que se hizo más larga que nunca, una "burla" hacia el tiempo y esfuerzo que los opositores han dedicado. "Nos exigen todo, pero no nos dan nada", sentencian, apenas unas horas antes de que el ministerio haga públicas las respuestas. Docentes y alumnos tienen la certeza de que la nota para conseguir plaza va a bajar.

¿Qué es el EIR? Un examen clave para especialidades como la de matrona
El examen para enfermero interino residente (EIR) es el equivalente al MIR de los médicos, una oposición a nivel estatal para obtener plaza en alguna de las especialidades que actualmente contempla el Ministerio de Sanidad: matrona (379 vacantes), Salud Mental (203), Enfermería del Trabajo (18), Pediatría (133), Familiar y Comunitaria (339) y Geriatría (20). Son, en total, 1.092 plazas (51 de ellas, en Galicia), un número que el sector ve muy bajo.

Cinco horas sin pausas
La prueba consta de 225 cuestiones tipo test, a las que se añaden otras diez de reserva por si alguna estuviera mal formulada. Cada pregunta tiene cuatro respuestas posibles, de las cuales solo una es válida. Tres incorrectas invalidan una correcta, por lo que conviene pensarse bien si contestar o no.
El tiempo total del que dispone el aspirante —que no puede usar calculadora, pese a que una parte de las cuestiones son de aritmética— es de cinco horas ininterrumpidas, desde las cuatro de la tarde hasta las nueve de la noche.

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