Historiadores aseguran que Franco "no pagaba nada" de los gastos en Meirás

Los historiadores Carlos Babío y Manuel Pérez aseguran que el "acto simbólico de entrega" del Pazo de Meirás a Franco se hizo al jefe del Estado, no a título personal, y de hecho sostienen que el dictador "no pagaba nada" relativo a sus gastos en esta residencia de verano
Vista pola propiedade do pazo de Meirás na Audiencia Provincial da Coruña. EFE
photo_camera Vista pola propiedade do pazo de Meirás na Audiencia Provincial da Coruña. EFE

"Del análisis de la documentación puedo afirmar que la Casa Civil -organismo que se encargaba de todos los aspectos de la vida diaria de Franco- pagaba absolutamente todo lo que tenía que ver con las necesidades de intendencia" del dictador, ha explicado Carlos Babío, que sostiene que "la línea que separaba lo público de lo privado era difusa o inexistente, en el mejor de los casos difusa" y que "Franco no pagaba nada". 

En la segunda jornada del juicio que se celebra en el Juzgado de Primera Instancia número 1 de A Coruña por la propiedad del inmueble, ubicado en Sada (A Coruña), ambos historiadores, testigos a petición de la parte demandante, la Abogacía del Estado, han detallado durante seis horas su proceso de investigación sobre todo lo relacionado con este pazo que les llevó a publicar en 2017 el libro Meirás, un pazo, un caudillo, un expolio y algún documento posterior. 

Preguntados por si hay alguna prueba de que Franco pagase los gastos de gestionar Meirás, Manuel Pérez ha indicado que no han "encontrado ningún documento que pruebe que haya reembolsado los gastos". Según Carlos Babío, denunciado en dos ocasiones por la familia Franco, los gastos fijos de la residencia de verano de Franco son computados por Casa Civil, también los relativos a oficinas, y de hecho en algunos documentos "el Pazo de Meirás figura como una dependencia de El Pardo". 

Los documentos que se utilizan para relacionar las necesidades de intendencia o gastos "son los mismos" en el caso de Meirás que de El Pardo, la vigilancia en ambos casos "es análoga", y hay comunicación diaria entre Meirás y Casa Civil, incluso, dice, hay valija todo el año entre ellas. 

Había además en Meirás personal fijo, incluso todo el año que estaba contratado por Casa Civil para labores de mantenimiento de la finca y de la explotación agropecuaria, así como otro tipo de trabajadores que aportaba Comandancia de Obras de A Coruña y del Ayuntamiento herculino, incluso colabora la Diputación provincial

También ha señalado Babío que "era vox populi" que los recibos de contribución del pazo los pagaba el Ayuntamiento de Ferrol, "es evidente", añade, y precisa que abonó dos recibos semestrales hasta 1975 de 1.560 pesetas cada uno, sin poder facilitar un contraste documental. 

Recuerda, tras el incendio en el pazo en 1978, el "contraste" en su "cuidado y gastos" antes y después de las estancias estivales del dictador. "En los últimos años tras el incendio el deterioro y abandono es evidente, crece maleza por todos los sitios", abunda. 

Por su parte, Manuel Pérez explica que, desde el incendio, la familia Franco deja de utilizar Meirás para veranear y pasa a alojarse en la Casa Cornide, en la ciudad de A Coruña -cuyo ayuntamiento acordó el año pasado reclamar judicialmente la restitución de la titularidad de este inmueble-, por lo que "el pazo pierde su uso como residencia de la familia Franco". 

Incluso "afloran discursos en el sentido de demandar que el Pazo de Meirás no sea una posesión de la familia Franco sino del Estado" y surgen "movimientos sociales que se visibilizan en alguna manifestación", que no van a más porque "no era posible" acceder a documentación que lo avalara y "en ese momento la prioridad era construir un Estado democrático". 

Preguntados por la escritura que recogía la forma de transmisión del pazo, señala Pérez que el hallazgo de un documento de 1938 confirma su tesis de que la escritura de 1941 "no era en todo caso la primera" y que "la fórmula que se le da, el importe, etcétera no coincidía con otra documentación previa".  "Sabíamos que había algún tipo de acuerdo, ya se manifiesta en 1938", asegura. 

La Abogacía del Estado asegura que este acta notarial de 1938 confirma que la propiedad ya era residencia de verano del entonces jefe del Estado, y detalla que la compra se realizó el 3 de agosto de ese año por la "Junta pro Pazo del Caudillo" por unas 400.000 pesetas a los herederos de Emilia Pardo Bazán. 

Se trata de una escritura anterior a la que tres años después, en 1941 y acabada la guerra, firmó Franco por un supuesto precio de 85.000 pesetas, una segunda compraventa que, según la Abogacía del Estado, fue ficticia y permitió al dictador la inscripción del inmueble a su nombre en el Registro de la Propiedad. 

Esta Junta pro Pazo del Caudillo pretendía ofrecer a Franco una residencia de verano en A Coruña "para tener cerca la residencia oficial de verano del jefe del Estado, con todo lo que ello implicaba", detalla Pérez, que podían ser "una serie de beneficios, la promoción de determinadas personas a nivel político, social y económico".  Dicho ofrecimiento se hizo "en su condición de jefe del Estado", ha recalcado, y "cuando Franco asume ese donativo lo hace en calidad de jefe del Estado". 

La Junta sería la encargada de captar fondos para realizar esa adquisición y posterior ofrecimiento al dictador, y para ello se lleva a cabo una suscripción popular para recaudar fondos en 1938.  "No había lugar a la negativa", ha subrayado Carlos Babío, que advierte de que "hay múltiples medidas represivas". 

Los investigadores, que han hablado de una "lista negra" conformada por aquellas personas reticentes al donativo, han detallado que la cantidad a aportar para adquirir y reformar el pazo se prorrateó entre todos los municipios de la provincia de A Coruña y que se crearon comisiones para recaudar fondos e incluso "la misión era visitar casa por casa". 

Un vecino de Sada recibió una sanción por rechazar este tipo de mecanismos de recaudación, abundan los investigadores, que recabaron documentación de archivos a partir de 2010, antes "no fue posible", de instituciones como la Comandancia de Obras, por lo que comenzaron a reconstruir el proceso con información de los Ayuntamientos de Carballo, Sada y otros de la provincia coruñesa, si bien la documentación sobre el pazo se encuentra en el fondo de Casa Civil, precisa Babío.  Sin embargo, la suscripción popular fue un "fracaso", por lo que las cantidades "se suplían y asignaban a los ayuntamientos". 

Otra modalidad de financiación fue detraer un determinado importe de las nóminas de los funcionarios, "está socializado en la memoria colectiva de la ciudad de A Coruña y de la provincia", dice Babío, "eso es así, hay múltiples testimonios y es relativamente fácil encontrar personas que lo cuenten", incluso hay recibos pero al no estar reguladas hay "pocos documentos" en fondos del Gobierno Civil. 

Un informe crítico de un teniente coronel anónimo, por encargo de la Falange sobre el estado en el que se encuentran las estructuras de la organización en las provincias de Lugo y A Coruña, cifró en algo más de un millón de pesetas lo recaudado, dato que no han podido contrastar. 

El teniente coronel sostiene que se recauda menos de lo previsto y que el gasto se dispara pero "no por el coste de adquirir el edificio sino por los gastos de reforma" con las sucesivas ampliaciones del terreno intramuros y en los alrededores, como las obras de la carretera que implicaron "expropiaciones". 

Carlos Babío ha reconocido su deseo de que el Pazo de Meirás sea patrimonio público, un interés compartido por Manuel Pérez no a nivel personal "sino profesional, desde el punto de vista de la historia en este asunto". 

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