El imperecedero espíritu lucense del Orzán

Los policías de Friol, Burela y A Fonsagrada que trataron de rescatar del mar a un erasmus forman ya parte del ADN de A Coruña, que los nombró hijos adoptivos en un homenaje celebrado este jueves
Homenaje a los héroes del Orzán. CABALAR
photo_camera Homenaje a los héroes del Orzán. CABALAR

El friolense José Antonio Villamor, el burelés Rodrigo Maseda y Javier López, coruñés de raíces fonsagradinas, son los policías fallecidos hace diez años al tratar de rescatar a un joven eslovaco en el oleaje del mar herculino, una tragedia que, en palabras de la alcaldesa Inés Rey, ha convertido a los tres lucenses en un "símbolo de A Coruña", que los ha nombrado hijos adoptivos a título póstumo. En las aguas que bañan la ciudad flotará, para siempre, el espíritu de los Héroes del Orzán.

"Es un reconocimiento colectivo modesto en comparación con lo mucho que ellos nos dieron en vida", aseveró la regidora sobre el homenaje que se rindió ayer en la coraza que separa las dos playas herculinas por antonomasia a los tres agentes, un tributo al que añadió emotividad una solemne interpretación musical de la Banda Municipal de A Coruña. En una fecha, la de este jueves, que "A Coruña no olvida ni olvidará nunca" y en la que trasladó su cariño a las familias de los policías, así como a la del joven erasmus Tomas Velicky, la alcaldesa subrayó que los tres lucenses son «un símbolo» que demuestra que "la sociedad tiene quien la cuide", y reconoció que "es un desafío" el "estar a su nivel".

Ante las familias, amigos y compañeros de los homenajeados, en representación de la Policía Nacional intervino el jefe de operaciones José María Esteban Corral, que rememoró la "incredulidad primero y el horror y espanto que vinieron después" lo vivido aquella trágica madrugada en la que los tres agentes fueron "valerosos pero quizá pagaron un precio demasiado alto y doloroso para todos" por su homérica acción.

El momento más emotivo del acto lo protagonizaron las madres, que agradecieron el apoyo ciudadano, "la única forma de ir llevando el dolor"

EL DOLOR DE LAS MADRES. El momento más emotivo del homenaje se vivió cuando tomaron la palabra las madres de los héroes. Carmen López, progenitora de Javier, el agente de raíces fonsagradinas, agradeció "el apoyo y el cariño que la gente nos brinda", que es la "única forma de ir llevando" la mayor tragedia a la que se puede enfrentar una persona: sobrevivir a un hijo.

Es un dolor compartido con la viuda de este policía, María Loreto López, que recordó a los tres agentes como "los policías que entregaron su vida por los demás y lo hicieron más allá de cualquier deber y obligación", con una actuación generosa que refleja los "altos valores que deben regir la sociedad". "No quiero que este homenaje esté presidido e impregnado de un sentimiento de tristeza sino que se ensalce una actuación ejemplar y heroica", enfatizó.

A continuación volvió a tomar la palabra una madre rota de dolor, Isabel Lozano, para exteriorizar cómo sobrelleva la pérdida de su hijo Rodrigo, de Burela. "Lo llevamos día a día, con esperanza, con ilusión, acordándonos de ellos todos los días y de cómo eran, de cómo era mi Rodrigo", expresó con la voz entrecortada, antes de poder agradecer el homenaje: "Es bonito, cualquier cosa que hagan es precioso para nosotros".

Quien no pudo hablar, entre lágrimas, fue la madre de José Antonio, Amparo Vázquez, de Friol

SUS COMPAÑEROS. Al final del acto, varios policías nacionales entregaron a las madres unas esculturas para recordar el homenaje del jueves. "Han pasado ya diez años pero las emociones siguen estando ahí", pronunció un agente frente al monumento que recuerda a sus compañeros, muestra del legado imperecedero que han dejado los tres héroes lucenses.

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