Un hombre en la sesentena fue examinado este viernes en el Hula por riesgo de coronavirus. El paciente, un camionero que suele hacer la ruta del norte de Italia y que había estado en Lombardía hace dos semanas, presentaba un cuadro de fiebre y malestar general, entre otros síntomas.
El protocolo se activó en torno a las dos de la tarde, después de que el hombre aparcara el camión en las inmediaciones de su empresa, situada en un municipio chairego. En el interior de la cabina dejó su gato, con el que viaja, surtido comida y agua y avisó al 112 de su situación. Los servicios sanitarios lo trasladaron al hospital, con las correspondientes medidas de seguridad de mascarilla y guantes.
Fue examinado en Urgencias, donde se le hizo la correspondiente encuesta epidemiológica y se le tomó la muestra para hacer la prueba microbiológica de confirmación. Desde este viernes, el Hula cuenta con una guardia localizada para que esas pruebas se puedan hacer hasta las diez de la noche y no solo hasta las tres de la tarde, tanto los que se producen en el hospital lucense como los derivados de Monforte y Burela. Los resultados se conocen en un plazo de entre tres y cuatro horas.
Aunque se ha cambiado el protocolo y ahora a los pacientes con síntomas leves se les aisla en su domicilio mientras esperan por el resultado de la prueba, como este paciente no reside en Lugo se le mantuvo aislado en un box de Urgencias habilitado para tal fin. Finalmente a media tarde recibió el alta, una vez que se descartó que se tratase de un coronavirus.
La fiebre, la tos, en muchos casos tos seca, y el malestar general son algunos de los síntomas que el nuevo virus comparte con el de la gripe estacional
El Hula hizo este viernes otras dos determinaciones, ambas negativas, para dos casos de Monforte que no supusieron la activación del protocolo, ya que la sospecha era más difusa que en el caso del camionero.
En total, se hicieron hasta este viernes en los distintos hospitales gallegos 65 pruebas de sospecha de coronavirus y todas resultaron negativas. El protocolo de alerta se activa cuando una persona manifiesta tener síntomas respiratorios similares a los de la gripe y dice haber estado en alguna de las zonas declaradas como de riesgo por la Organización Mundial de la Salud (OMS) o en contacto con alguna persona enferma.
La fiebre, la tos, en muchos casos tos seca, y el malestar general son algunos de los síntomas que el nuevo virus comparte con el de la gripe estacional. La primera medida que toman los sanitarios ante un caso sospechoso es la de colocar barreras protectoras.
