Galicia, a la cola en atracción de universitarios de otras comunidades

En pocas comunidades la matrícula universitaria es tan autóctona como en Galicia. En torno al 94% de los 65.000 alumnos que suman sus tres instituciones académicas tienen su residencia familiar en la autonomía, un porcentaje casi récord en España que se explica no sólo por el reducido número de extranjeros, sino --y sobre todo-- por el limitado poder de atracción de estudiantes de otros puntos del Estado. Ya sea por la oferta de titulaciones, por la posición en la mapa, por el entorno socioeconómico, por una cuestión de reconocimiento, o de simple conocimiento, lo cierto es que únicamente en las dos comunidades insulares el peso de los universitarios llegados de otras autonomías es menor que en Galicia.

El Ministerio de Educación, en base a los datos del pasado curso, lo sitúa en torno al 4% en los estudios de primer y segundo ciclo y en los grados, una cifra que empequeñece aún más si se compara con las de Madrid (26%), Castilla y León (23%) o Navarra (35%, sobre todo por la institución privada). Los estudios del ministerio y de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas revelan, además, que aunque la implantación del distrito abierto --completada en 2003-- elevó los desplazamientos hacia Galicia, estos se han reducido con respecto a los primeros años en los que las instituciones funcionaron sin fronteras, y más que la matrícula total. Así, si Educación calculaba que en 2004 la comunidad acogía a casi 3.900 estudiantes de otros puntos del Estado, en el pasado rebajaba la cifra a 2.500, aunque las universidades la acercan más a los 3.000.

Como explica el vicerrector de Estudantes de la Universidade de Santiago de Compostela (USC), Francisco Durán, se nota que "se foron consolidando distritos universitarios limítrofes", porque han implantado carreras de las que carecían y que traían a Galicia a muchos estudiantes de las comunidades vecinas, las que aportan la mayor parte del alumnado no gallego. De hecho, algo más de la mitad procede de Asturias y Castilla y León --con un peso similar--, y las siguientes (Cataluña y Madrid) están ya a mucha distancia.

Demanda
Lo que no ha cambiado es que son muchos más los gallegos que dejan la comunidad para estudiar una carrera, y la diferencia no sólo se mantiene, sino que incluso se agranda. El pasado curso había unos 7.600 gallegos desplazados, lo que implica que casi un 11% de los que cursan estudios universitarios lo hace fuera y que la comunidad aporta a otras autonomías bastante más del doble de los alumnos que recibe de ellas. Y entre las causas parece estar precisamente una de las circunstancias que limita la atracción de Galicia: el enorme desequilibrio entre oferta y demanda en algunos estudios.

Las titulaciones de la comunidad que presentan un mayor desfase son Medicina, Odontología, Fisioterapia, Veterinaria y Enfermería, lo que explica que en esa lista estén varias de las carreras más demandadas fuera por los gallegos, muchos de los cuales buscan la plaza que no logran aquí. No son los únicos, porque ésos son también algunos de los estudios gallegos que generan más interés en otras autonomías, y, como no hay sitio para todos, muchas solicitudes no acaban en matrícula.

Las que se formalizan confirman la notable concentración de la demanda exterior, porque, según los datos de las universidades, un 40% de los estudiantes de otras comunidades se reparten entre seis titulaciones. Son Arquitectura (en torno a 340), Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (160) y Arquitectura Técnica en Ejecución de Obras (150) en la Universidade da Coruña (UDC), y Medicina (105), Veterinaria (285) y Farmacia (130) en la de Santiago, que absorben sobre todo estudiantes de provincias próximas en las que no se imparten. Destacan sobre todos los casos de Arquitectura, por ser la carrera que recibe más estudiantes de otros puntos de España, y de Veterinaria, donde representan casi un tercio del alumnado.

El poder de atracción de esos seis títulos provoca que el porcentaje de alumnado de otras autonomías en la UDC y la USC --algo más de un 5 y un 4%-- sea mayor que en la Uvigo (entorno al 3%).

Principal destino de portugueses
El limitado poder de atracción de las universidades gallegas se manifiesta también en la matrícula de extranjeros, que, atendiendo a los datos del Ministerio de Educación, son poco más de un millar y representan apenas un 1,6% del alumnado en primeros y segundos ciclos y en grados. El dato, aunque supera el de otras cuatro comunidades, vuelve a situar a Galicia en el grupo de cola de España y a distancia de la media (3,2%).

La posición de Galicia en el ránking estatal se puede explicar en buena medida mirando el padrón, porque algunos de los universitarios extranjeros hay que buscarlos en las familias llegadas desde otros países en los últimos años. Y el aumento de la población inmigrante al que Educación atribuye buena parte del "importante" repunte que han registrado esas matrículas en España en los últimos años ha sido mucho menor en Galicia. En todo caso, la comunidad tiene un factor a su favor para atraer estudiantes extranjeros, y es su proximidad --la geográfica y la cultural-- con Portugal.

Si Galicia ya es la autonomía con más personas de nacionalidad lusa empadronadas, aparece aún más destacada como destino de universitarios del país vecino. Concentra un 31,5% de los matriculados en España, a mucha distancia de otras comunidades con frontera.

Influyen la cercanía y el padrón, pero también, combinado con ellos, el hecho de que Santiago tiene una facultad de Medicina en la que muchos portugueses buscan la plaza que no logran en su país. Y lo hacen tantos que en 2008 ocuparon casi una cuarta parte de las ofertadas en el primer curso --llegaron cerca de 80--, si bien la cifra se ha ido reduciendo algo por el aumento de plazas en Portugal.

La matrícula lusa en Medicina es determinante en el peso del alumnado extranjero en la USC (un 2,4%), muy superior al que tiene en la Universidade da Coruña (1,2%) y en la de Vigo (0,9). En todas ellas las cifras se elevan si se suman los doctorados y másteres, estudios en los que la movilidad es más frecuente y la tasa de estudiantes de otros países supera el 7%.

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