Galicia quiere reducir plazas de maestros: forma al doble de los que puede emplear

Galicia propone un pacto estatal que reduzca las plazas que oferta magisterio en infantil y primaria para adaptarlas a la demanda real, para evitar una bolsa de parados y dar prestigio a la carrera y la profesión

Román Rodríguez, durante su intervención en el Senado. EP
photo_camera Román Rodríguez, durante su intervención en el Senado. EP

El Gobierno gallego quiere acabar de una vez por todas con la imagen de que Ciencias de la Educación, la carrera comúnmente conocida como magisterio, es la 'maría' de los campus, el refugio de última hora de universitarios sin plaza en otros grados, el pasatiempo de quien pretende dar el salto a nuevos estudios o el granero que alimenta las listas del paro. Así, partiendo de la base de que tanto los docentes como su formación son claves en el desarrollo del país, la Xunta quiere prestigiar estos estudios a través de una sencilla medida: la reducción de plazas en esas facultades.

Y es que actualmente la comunidad oferta más de un millar en seis de los siete campus, en concreto 1.029. Aun partiendo de la base de que no se cubren todas las vacantes, la cifra representa prácticamente el doble del personal que es capaz de absorber el sistema educativo gallego en infantil y primaria, donde una vez se superó el pozo de la crisis las plazas públicas ofertadas para el cuerpo de maestros se mueven entre las 400 y las 600. La propuesta para 2018 es de 574, por ejemplo, en la línea de los últimos años, cuando las Ope de la Xunta fueron de 400 (2017), 500 (2016) y 432 (2015). A ellas se sumarían los puestos de trabajo que puedan generar los colegios privados.

"La medida ayudaría a elevar los estándares de prestigio y consideración social tanto de la carrera como de la profesión de maestro"

Ante esta situación, el conselleiro de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria, Román Rodríguez, planteó esta semana en el Senado -con motivo de la ponencia de estudio sobre el pacto educativo- actuar en la mejora del sistema educativo "desde el inicio", que es la propia entrada a las facultades de Ciencias de la Educación. La idea es vincular el número de plazas de acceso con la capacidad de absorción del sistema educativo a nivel de empleo, para evitar esa distorsión actual que en Galicia sería de medio millar de docentes. Pero en ningún caso se traduciría en el cierre de facultades de magisterio, aclaran desde la consellería.  

"Galicia quiere ser útil y proactiva en este campo y, de hecho, esto engarza con lo que nos propone el ministerio, porque nos ayudaría a elevar los estándares de prestigio y consideración social tanto de la carrera como de la profesión", explicó Rodríguez en Madrid.

UNA VIEJA DEMANDA. La idea no es ni mucho menos nueva, ya que la Conferencia de Decanos de Educación lleva defiendiéndola desde antes del año 2010 y ya se aplicaron medidas similares en titulaciones de la rama sanitaria como Medicina, cuando empezó a detectarse una bolsa de paro en el sector y se rebajaron plazas, en el caso de Galicia de 400 a 360. En el ámbito de la educación, a los efectos puntuales de la crisis sobre las ofertas públicas de empleo se sumó la permanente crisis demográfica -cada vez hay menos niños-, una combinación que llevó a adelgazar hasta límites extremos e incluso a suspender las oposiciones para maestros en casi toda España. Pero las plazas ofertadas en magisterio no se redujeron en la misma proporción, lo que desemboca en la disfunción que ahora se pretende corregir.

Según explicó Rodríguez en su comparecencia en el Senado, esta iniciativa necesita del compromiso de la Administración para fijar una previsión a medio o largo plazo de las necesidades de personal educativo, y de las propias facultades. Además, se da por hecho que el paso de armonizar las plazas de formación de profesores con las que exige el mercado debe darse a nivel nacional y no autonómico, ya que en ese caso el efecto sería mínimo, o al menos así lo entienden en la Consellería de Educación.

"Hay que mejorar el sistema educativo desde el inicio, que es la entrada a las facultades de Ciencias de la Educación»

Dentro de su idea de mejorar el sistema educativo desde el mismo momento de la entrada de los futuros docentes en la facultad, la Xunta también defiende la propuesta lanzada este pasado fin de semana por el ministro Íñigo Méndez de Vigo acerca de establecer un modelo de acceso a la profesión semejante al MIR. Tal y como defendió Román Rodríguez es, "sin duda", un "buen punto de partida, una acertada propuesta para dialogar, trabajar de forma serena e incentivar a sumar a otras formaciones políticas que también defienden postulados similares". En este contexto, el conselleiro abogó por fomentar "un cambio integral" en la formación inicial de los futuros profesionales, en el acceso a la función docente y en su actualización continua.

De hecho, mencionó los retos que presenta la función docente a través de tres ‘efes’: la formación inicial en las facultades de Ciencias de la Educación; la formación para el acceso a la docencia, adaptada a los retos y competencias que requiere la escuela y la sociedad global; y la formación permanente para asegurar una actuación continua. En el primero de los casos es en el que se enmarca este ‘lifting’ de plazas en las facultades de magisterio.

Una carrrera en 6 de los 7 campus
Datos de plazas de magisterio en el sistema universitario gallego.El campus Ferrol es hoy el único que no oferta magisterio de los siete de Galicia y el de Vigo, el único en el que se matricularon alumnos en la convocatoria de septiembre, según los datos de la Ciug. Esa es la radiografía de Ciencias de la Educación de Galicia, con 1.029 plazas ofertadas en el presente curso (1.059 si se contabilizan 115 plazas en primaria en Santiago y no 85).

En las facultades se estudian los grados de infantil o primaria, aunque dentro de ellos se pueden elegir itinerarios más orientados a inglés, francés, música, pedagogía, lenguaje, etc. Un tipo de especialización que después se refleja en las convocatorias de oposiciones.

Los profesores de infantil y primaria también pueden acceder a dar clase en secundaria, aunque evidentemente es una carrera sin apenas salida fuera de la actividad docente, pública o privada, lo que agrava su tasa de desempleo.

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