Galicia encara la temporada de baño con un lastre histórico de 50 ahogados al año

Trece personas fallecieron ya en 2022 en aguas gallegas, más que en 2021. En España las víctimas crecieron un 55% ► La ola de calor multiplica la interacción con el medio acuático e invita a refrescarse en zonas sin habilitar ni vigilancia
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photo_camera Un hombre y un niño bañándose en la poza. EP

Una media de 50 ahogados al año o, dicho de otro modo, una víctima a la semana. Esa es la luctuosa estadística gallega de los últimos tiempos, en concreto desde que en 2015 la Federación Española de Salvamento y Socorrismo (RFESS) elabora puntualmente su informe nacional de ahogamientos. Salvo la inexplicable excepción de 2021, cuando Galicia contabilizó solo 17 víctimas, lo habitual es que la comunidad suba del medio centenar de ahogados. Son demasiados muertos; algún año, pocos menos que en la carretera -donde la media está entre 70 y 90-, pese a que al tráfico se destinan cantidades ingentes de dinero a campañas de prevención y concienciación que en materia de baño y ocio acuático se echan de menos.

La considerada temporada alta acaba de comenzar y no pinta muy bien. En la primera semana de julio perdieron la vida un joven en el río Miño en Velle (Ourense) y un vecino que se cayó al mar en el puerto de Ortigueira, este sábado hubo otra muerte en una playa de Vilagarcía y este domingo otra en Muros. Cuatro víctimas que se suman a las nueve entre enero y junio. Doce ahogados en Galicia que empeoran las cifras del año pasado.

Y en el conjunto de España la situación es aún peor. Van ya 140 muertes, un 55% más de víctimas que en 2021, tras un junio que fue dramático: el segundo con más fallecidos bajo el agua de la serie histórica de la RFESS.

Ola de calor. Tradicionalmente los meses de verano son los que acumulan más ahogamientos mortales no intencionales, como se denominan, por razones estadísticas obvias: se dispara el número de bañistas. Pero esa interacción con el medio acuático se multiplica todavía más en episodios de calor extremo como el vivido a principios de junio -lo que podría explicar los pésimos datos de ahogamientos de ese mes- o la actual ola de calor.

Conscientes de que no hay mayor efecto refrescante que el del agua, los gallegos acuden estos días a playas, embalses, ríos y piscinas en busca de alivio en una práctica que, no obstante, debe ir acompañada de la máxima precaución, bajo la máxima de que el agua siempre es un medio hostil para el ser humano.

Cada playa es un mundo y nada tiene que ver la tranquilidad de O Torno (Cervo) o Barraña (Boiro) con las corrientes de O Vilar (Ribeira) o As Catedrais (Ribadeo). Ni tampoco son lo mismo las aguas tobilleras de las orillas de la playa fuvial de A Cova (O Saviñao) que los pantalanes de baño del Náutico de Castrelo de Miño, donde desde la seguridad de tierra se accede de golpe al agua en una zona de cuatro metros de profundidad y donde en 2021 hubo un sonado ahogamiento nocturno.

El exceso de calor hace incluso que en ocasiones se busquen espacios acuáticos para el baño un tanto insólitos, como pozos y tramos de ríos poco frecuentados o calas marítimas que pueden resultar peligrosas por rocas y corrientes, todos ellos además sin vigilante.

Saber lo básico. Por eso, aunque cada escenario acuático tiene sus particularidades, los expertos de la RFESS y Protección Civil recuerdan que existen unas premisas básicas para todo bañista, independientemente de dónde se meta. Son las de usar espacios con servicio de socorrismo -estadísticamente se reducen mucho las muertes-; respetar las banderas y las zonas balizadas, que nos protegen de cambios bruscos de profundidad, rocas y corrientes, pero también de embarcaciones a motor que pueden no vernos al nadar, como ocurrió en abril en Sanxenxo con una lancha que arrolló a un bañista; respetar las banderas del estado del agua; mantener bajo estricta vigilancia a los niños pequeños, a la gente mayor y a quien no sepa nadar; extremar la precaución con los objetos flotantes -colchonetas, lanchas hinchables...-; evitar meterse de golpe por el contraste térmico y no bañarse de noche.

En Galicia, la comunidad con más kilómetros de costa, es frecuente además el fenómeno de la corriente de resaca en las playas, responsable de algunas muertes y muchos sustos cada verano. Son zonas, como autopistas invisibles, donde el mar nos aleja de la costa. Es es bueno aprender a identificarlas [gráfico página 2] ya que incluso pueden sorprender a nadadores expertos. Porque al final, en el baño, nuestro peor enemigo es perderle el respeto al agua.

¿Dónde nos refrescamos?

Respeto al mar y su fuerza sobrenatural

Aunque es el oleaje el que asusta, el verdadero peligro en las playas está en sus corrientes y en las rocas o incluso las embarcaciones. La mayoría de arenales de mar abierto tienen una corriente de resaca que no hunde, pero sí empuja mar adentro. Además, las mareas vivas generan sus propios movimientos.

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Una playa con bandera roja. EP

Consejos

► Mejor bañarse en playas con vigilancia y en zonas habilitadas. ▶ Respetar siempre las banderas: verde baño libre, amarilla con precaución y roja, baño prohibido. ▶ No tirarse de cabeza ni alejarse de la orilla. Evitar la profundidad. ▶ En caso de apuro, nunca tratar de nadar contracorriente. Dejarse llevar e ir nadando hacia un lado. ▶ No bañarse tras haber tomado alcohol ni hacerlo de noche.

Trampas ocultas en la paz del embalse

Los embalses y lagos naturales son a simple vista remansos de paz sin oleaje, pero bajo esa aparente tranquilidad se esconden peligros serios para el bañista. El fondo es irregular y hay pozos o desniveles enormes, corrientes imperceptibles con cambios bruscos de temperatura, zonas de fango, ramas.

Consejos

▶ Si siempre es importante usar solo zonas de baño habilitadas, en los embalses y lagos es vital porque el fondo es muy irregular. ▶ Bañarse con sandalias: el agua suele estar turbia y no se ven ramas, palos o piedras peligrosas. ▶ Ojo a las corrientes, sobre todo por la apertura de compuertas. ▶ El lodo acumulado puede tener metros de altura y atraparnos. ▶ En el agua dulce flotas menos.

El entorno hostil de los ríos y las pozas

Peligros Pocos lugares son tan atractivos y refrescantes como los ríos, aunque para bañarse en ellos hay que tener en cuenta precisamente factores como esa baja temperatura del agua al meterse, la corriente y los remolinos de los grandes ríos, los resbalones y caídas en rocas limosas y, por supuesto, los pozos.

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Playa fluvial de A Cova. EP

Consejos

▶ Bañarse en zonas habilitadas. ▶ El agua del río siempre está fría así que meterse poco a poco para evitar un contraste perjudicial. ▶ En los pozos entre rocas suele resbalarse. Además, algunas de esas pozas son muy profundas. ▶ Cuidado si hay embalses aguas arriba: el caudal cambia rápido. ▶ En zonas de corriente mantener la calma: no nadar en contra sino lateralmente dejándose llevar.

Piscinas y niños, no confiarse en exceso

Las piscinas, sea una desmontable casera o una olímpica homologada, exigen precaución, porque suelen ir vinculadas a niños. Es cierto que no tienen olas ni corriente, pero es precisamente el exceso de confianza su mayor riesgo, junto a la profundidad. También exigen precaución al tirarse o sus piezas mecánicas.

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Una piscina infantil. EP

Consejos

Bañarse siempre en piscinas que tengan socorrista. ▶ Comprobar bien la profundidad. ▶ Mantener siempre a los niños pequeños bajo vigilancia y nunca a mayor distancia que un brazo. ▶ Usar flotadores y otros objetos para quien no sepa nadar. ▶ Tener la piscina vallada o bien tapada para evitar caídas al auga. ▶ Evitar meter las extremidades en filtros, chorros, tubos...

¿Sabías que...? Julio siempre es el peor mes
Julio es el mes en el que más gente se ahoga en Galicia. La media entre 2015 y 2019 está en diez fallecidos, pero en 2015 hubo doce, el récord negativo y que supone tres por semana. Luego está agosto.

Récord trágico en 2016

Las 69 víctimas de ahogamiento convierten 2016 en el peor año, seguido de los 58 de 2017 y los 54 de 2019. En 2018 hubo 49 ahogados. A Coruña, a la cabeza A Coruña es la provincia con más ahogados. Lugo es la tercera, con 9 muertos en 205, 11 en 2016, 11 en 2017, 6 en 2018 y 7 en 2019. Los años 2020 y 2021 están alterados por la pandemia.

Más hombres

En Galicia se ahogan más hombres (80%), en zonas sin vigilancia (95%). La mayoría (40%) en playas, pero en 2019 hubo más en ríos (31%) que en el mar. En piscinas son un 3%. 236.000 Ahogados al año en el mundo, una media de 647 al día.

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