El recuerdo de Luis Vidal Rocha, el héroe anónimo

El vial que une el Paseo de Silgar y Castelao lleva desde mediados de los años 90 el nombre de Luis Vidal Rocha, el agente del Servicio Marítimo de Vigilancia Aduanera que perdió la vida en 1989, tras chocar contra una batea mientras perseguía a un grupo de contrabandistas

Luis Vidal Rocha con sus dos hijos, Luis y Carmen. DP
photo_camera Luis Vidal Rocha con sus dos hijos, Luis y Carmen. DP

POCOS DÍAS antes de hallar la muerte en la ría de Arousa, un periodista de Televisión Española preguntó a Luis Vidal Rocha sobre los riesgos que entrañaba ser parte del Servicio Marítimo de Vigilancia Aduanera. "Muchas veces arriesgamos la vida persiguiendo a los contrabandistas", señalaba el agente sanxenxino, muerto en acto de servicio la noche del 9 de junio de 1989. El joven, de 36 años de edad, pilotaba una zodiac que intentaba dar caza a una planeadora en la que trataban de huir un grupo de traficantes. En su afán por dar esquinazo (y muerte) a sus perseguidores, los alijeros se fueron directos hacia una batea y, en el último instante, viraron en redondo, no sin antes encender unos potentes focos para deslumbrar a los aduaneros. Dos de los tres ocupantes de la zodiac consiguieron lanzarse al agua a tiempo y lograron esquivar el golpe, resultando ilesos. Luis Vidal, en cambio, no tuvo tanta suerte. La brutal colisión contra la estructura mejillonera sesgó su vida en el acto.

Es probable que buena parte de los numerosos turistas y visitantes que durante el verano pasean y efectúan compras en la calle que une el Paseo de Silgar con la Rúa Castelao, en pleno centro neurálgico del casco urbano de Sanxenxo, ignoren que el nombre del vial es un homenaje póstumo a la figura de 'O Peto', como lo conocían sus amigos y allegados. Para ellos, Vidal no es un héroe anónimo ni su bulevar es la 'Calle de la Moda', como se la conoce desde hace algunos años, debido a la proliferación de diferentes establecimientos de ropa y complementos en la zona.

"La gente de aquí lo recuerda y en nuestra casa no pasa un solo día en el que no hablemos de él", señala su familia

El exalcalde José Luis Rodríguez fue el impulsor de este bautizo. Amigo personal de Vidal Rocha, con quien compartía una gran afición por el ciclismo, su primera intentona para recordar la figura del agente aduanero fue en junio de 1992. Fue entonces cuando, siendo todavía miembro de la oposición, Rodríguez Lorenzo vio cómo el Gobierno local del Partido Popular echaba abajo esta propuesta, que también apostaba por el cambio de nomenclatura de otras calles. Sin embargo, este revés fue olvidado en poco tiempo, ya que, una vez en la Alcaldía, sí pudo hacer realidad su deseo. Entre 1995 y 1999, los dirigentes municipales rebautizaron varios viales céntricos. La actual Avenida Madrid dejó de ser Primo de Rivera y otras calles que solo aparecían definidas con números pasaron a contar con nombre y apellidos. Una de ellas fue la de Luis Vidal Rocha.

Laura, la esposa del agente fallecido, recuerda como si fuese ayer la fatídica noche del 9 de junio de 1989. Ironías del destino, aquel día su marido no tenía que trabajar. "Le tocaba descansar. Estábamos en casa cenando y nos enteramos de que había un operativo en marcha. Mi esposo se tuvo que ir poco después de las diez y a medianoche ya estaba muerto", relata con gran entereza. A su lado, su hijo Luis, que en aquel momento apenas tenía diez años de edad (su hermana mayor, Carmen, tenía 12), asiente. Al igual que su padre, el joven Vidal se gana la vida en el mar, concretamente en el Puerto Deportivo Juan Carlos I. Salta a la vista que el orgullo que siente de su progenitor no ha hecho más que crecer durante estos 27 años de ausencia. "La gente de aquí lo recuerda y en nuestra casa no pasa un solo día en el que no hablemos de él. En cierto modo, continúa entre nosotros", asegura.

ORGULLO. El hecho de que una calle lleve su nombre es un orgullo para su familia. "José Luis (Rodríguez) nos avisó de que iban a hacer esa petición en 1992 y la idea nos gustó mucho. Fue un detalle muy bonito", explica Laura, que también tiene palabras de agradecimiento para Rafael Chans, un compañero y amigo de su marido "que siempre estuvo, y continúa estando, cuando lo hemos necesitado. Cuidó de nosotros en todo momento", recalca.

Luis Vidal nunca había sufrido ningún tipo de accidente antes de la tragedia. "Estaba acostumbrado. Era una época en la que había mucho follón con el tema de los contrabandistas", señala Carmen. Las persecuciones estaban a la orden del día. A raíz del fatídico accidente, las autoridades optaron por poner freno a ese tipo de actuaciones y centraron sus esfuerzos en cazar a los traficantes en alta mar o, en su defecto, en la boca de la ría.

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