La ex y la hija de Miñanco, a prisión al agotar el plazo para entrar por blanqueo

Madre e hija apuraron al máximo su tiempo en libertad antes de pasar a cumplir condena por lavar dinero procedente de la droga del capo
Javi Juicio Sito Miñanco
photo_camera Rosa Prado Pouso. JAVIER CERVERA

La primera esposa de Sito Miñanco, Rosa Pouso; y su hija mayor, Rosa Prado Pouso, han ingresado en prisión por mandato judicial al agotársele el plazo de ingreso en cumplimiento a una sentencia por blanquear dinero procedente del narcotráfico de su allegado, el capo de la droga más célebre de Galicia. Condenadas a penas de algo más de tres años, habían pedido un indulto que el Consejo de Ministros les denegó.

Las dos mujeres, como suele ser habitual en estos casos, apuraron al máximo el tiempo en libertad. Se les asignó la cárcel de Teixeiro, en Curtis (A Coruña), a más de 100 kilómetros de su Cambados natal pero no tan lejos como donde se encuentra Miñanco, en la prisión madrileña de Estremera, a 700 kilómetros de la villa del albariño.

Precisamente embotellaba vino de esta variedad, en una conocida bodeguera de las Rías Baixas, la otra parte del tridente juzgado por blanqueo de dinero del capo: el empresario José Alberto Agüín, condenado junto a madre e hija por el mismo motivo —era testaferro del narco—. Ya no sigue en el negocio vitivinícola pero sí en el de alquileres de pisos, que ahora tendrá que gestionar entre rejas.

Al negocio inmobiliario también se dedicaban las dos Rosas en la inmobiliaria San Saturnino, cuyo cierre ordenó el mismo juez que las condenó al ver probado que era una ‘lavadora’ de dinero negro.