Empresarios del sector marisquero han reclamado esta mañana una indemnización adecuada por las pérdidas provocadas por la marea negra del Prestige en 2002.
La sesión de hoy del juicio del Prestige, que evalúa los daños medioambientales causados por el accidente del pretrolero en noviembre de 2002 frente a las costas gallegas, que se extendieron a lo largo de más de 1.700 kilómetros de litoral, desde Portugal hasta Francia, ha estado centrado en las pérdidas ocasionadas por la marea negra a diversos empresarios.
El subastador de pescados y mariscos Paco Moinelo, de A Coruña, ha reclamado al Fondo internacionales de indemnización de daños debidos a la contaminación por hidrocarburos (FIDAC) una compensación por el lucro cesante causado por la marea negra, cifrado en 73.000 euros. A consecuencia de la marea negra, ha precisado un perito de la empresa, Paco Moinelo tuvo una minoración de beneficios a lo que se sumó un incremento en los gastos de personal debido a la necesidad de cambiar la estructura productiva de la compañía para buscar alternativas en el mercado que requerían una plantilla mayor de trabajadores.
La cetárea Remavi, de Vigo, ha reclamado también una indemnización ajustada a las pérdidas provocadas por la marea negra. La compañía sostiene que a consecuencia del accidente del Prestige su lugar en el mercado fue "ocupado por la competencia" lo que supuso una importante merma en su clientela de la que tardó años en recuperarse.
El juicio del Prestige lleva varias meses analizando las pruebas periciales encargadas por las distintas partes personadas en la causa, así como la acreditación de daños. El Ministerio Fiscal reclama por la marea negra provocada por el hundimiento del Prestige indemnizaciones por los daños causados que suman 4.442 millones de euros.
