El videojuego doméstico y la crisis ahogan los salones recreativos gallegos

La crisis cogió a los salones recreativos sumidos ya en su particular recesión. El desarrollo de las consolas, los juegos on line y para PC, e incluso para móviles, ha ido vaciando las tradicionales salas de máquinas, hasta el punto de abocar a la mayoría al cierre o a reconvertirse incorporando tragaperras. Ahogadas por la competencia, y con la coyuntura económica en contra, hoy no queda ni una treintena de los 141 locales exclusivamente recreativos que había en Galicia hace una década.

Al final de 2009 eran exactamente 29, según el informe anual del juego realizado por el Ministerio del Interior, que revela que sólo el año pasado se redujeron casi un 41% y que el descenso acumulado en el último decenio ronda el 80% tanto en España como en Galicia. Atendiendo a los datos de la Xunta, la tendencia se mantiene, porque en su registro hay ya cinco locales menos que al cierre de 2009.

La causa es que sus máquinas "están en caída libre a nivel de recaudación desde hace bastantes años", como constata el presidente de la Asociación Gallega de Empresas Operadoras (Ageo), Serafín Portas. El descalabro es tal que, sobre todo desde la popularización de las consolas modernas, "este mercado ya no aporta nada". "Llegó a generar casi un 30% de la facturación del sector, pero ahora es posible que no llegue ni al 2%".

Se puede constatar en los salones recreativos --en sus cierres y en la caída de clientes de los que siguen abiertos--, y también en los establecimientos de hostelería, donde cada vez es menos frecuente encontrar videojuegos. De hecho, si hace una década en Galicia había unas 9.300 máquinas, al final del año pasado eran 3.319. Sólo en 2009 el parque de aparatos se redujo más de un 10%.

Menor incidencia en las salas
El descenso, en todo caso, es mucho menor que el de salas recreativas, en buena medida porque hay otro tipo de establecimientos que aguanta algo mejor la caída de la recaudación. Son los salones en los que, además de videojuegos, hay máquinas de tipo B, tragaperras. "Como tienes una estructura de recreativas y un gasto de personal, lo dejas; vas capeando el temporal", explica Portas.

Según la Consellería de Presidencia, en Galicia hay 46 de estos establecimientos, mixtos. Sumados a los dedicados sólo a tragaperras, Interior tenía contabilizados al final del año pasado 73, igual que en 2008 y un 21% más que una década antes. Entonces había 60, menos de la mitad que salas ocupadas únicamente por videojuegos; ahora son más del doble.

Su proliferación se debe en parte a que, según Ageo, algunos locales recreativos han ampliado el negocio e intentan compensar la caída de ingresos de sus máquinas incorporando tragaperras. Para ello, o prohíben la entrada a menores de edad, o separan las dos áreas.

En todo caso, el negocio de las tragaperras tampoco pasa por su mejor momento, como refleja el desplome de su recaudación en 2009. Se nota la crisis, que, según Portas, también afecta a las recreativas, porque "si un padre tiene menos dinero le dará menos a sus hijos". Así las cosas, el sector pronostica que habrá nuevos cierres de salas, y reclama un cambio de tributación, de modo que el devengo de las tasas públicas por los aparatos tipo B sea trimestral, no anual. Según el empresario, permitiría, por ejemplo, explotar una máquina sólo en verano en zonas turísticas, y que fuese rentable hacerlo.

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