El Pazo de Meirás abre sus puertas entre curiosos, protestas y algún nostálgico

El Pazo de Meirás abrió este viernes sus puertas al público después de años de negociación con la familia Franco. Con la figura del dictador muy presente en todos los rincones de la residencia, los primeros visitantes iniciaron el recorrido de una hora de duración.

Destacaron lo cuidadas que estaban las instalaciones y reseñaron la gran cantidad de libros antiguos que alberga su biblioteca, el gran busto de Franco ubicado en la entrada al pazo y los numerosos trofeos de caza que adornan las estancias. También pudieron comprobar las magníficas vistas del que fue despacho del general y observar algún cuadro que pintó el propio Caudillo.

Los testimonios de los primeros visitantes
"Aquí se podía hacer un centro de día o algo así, pero no hai agallas", opina uno de los primeros visitantes tras finalizar el recorrido. "Estamos muy contentos por poder pasar, no viniéramos nunca", comenta un matrimonio de jubilados. Igual de interesado se muestra otro de los vistantes, Benigno, a quien le llamó la atención la omnipresencia de la figura de Franco en todas las estancias. "No esperaba que estuviera tan presente", comenta.

Sin embargo, Benigno decidió acercase a Meirás movido más por el recuerdo de Emilia Pardo Bazán que por el del propio Franco. "Leí algo de ella, es alguien que interesa, que tenía muchos conocimientos y que los transmitió", asegura; "la visita me parece más interesante por ella que por él". Benigno no duda en recomendar a todo el mundo que se acerque hasta Meirás. "Antes mucha gente se dejaba llevar por lo que le decían y nunca se decía la verdad", afirma; "para enterarse de las cosas hay que verlas".

Entre estos primeros curiosos también había algún nostálgico del régimen. "Vine por curiosidad, por patriotismo y por lealtad a nuestro jefe de Estado", afirma Modesto; "me parece bien que lo abriesen, espero que vengan a verlo multitudes". De hecho, Modesto salió tan satisfecho del recorrido que asegura que ya está pensando en repetir.

Protestas y peticiones de devolución
Como contrapunto, algunos miembros de la Comisión pola Recuperación da Memoria Histórica se manifestaron a la entrada del pazo para pedir su devolución al patrimonio público. Su presidente, Manuel Mongue, subraya que "el pazo es nuestro, es del pueblo gallego". Así, recuerda que buena parte de la actual finca se formó con expropiaciones y donaciones forzosas de los vecinos. Por ello, Mongue considera que su apertura al público es solo "el primero paso". "El triunfo final será su devolución al patrimonio público", sentencia.

En esta misma línea, el alcalde de Sada, Abel López Soto, del Bloque Nacionalista Gallego (BNG), ha valorado la apertura del pazo, aunque ha precisado que se trata "del final de una etapa, pero no de la carrera". López Soto ha reclamado la devolución al patrimonio público del pazo de Meirás y ha asegurado que no dejará de trabajar para que así sea.

"No tiene sentido que, una vez que el dictador dejó de ser jefe del Estado, su residencia de verano no pase al patrimonio de la sociedad gallega", ha asegurado el regidor, que ha exigido a la Xunta que trabaje en este sentido. El alcalde señaló que el cupo de visitas, previa solicitud a la Consellería de Cultura de la Xunta, está agotado hasta el próximo mes de julio.

El régimen de visitas

De esta forma se abren las puertas a un controvertido edificio por el que muchos vecinos todavía reclaman su puesta en manos públicas.  El régimen de visitas será de cuatro días al mes y durante seis horas al día, aunque las entradas para acudir están agotadas hasta el mes de julio. Este horario es el mínimo que establece la legislación para un monumento BIC.

Tal como establece el convenio suscrito entre la Administración gallega y la familia Franco el pasado 24 de febrero, el monumento --declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por el bipartito-- permanecerá abierto de 11 a 14 horas y de 15 a 18 horas.

La Consellería de Cultura detalló que se pondrán a disposición del público visitas guiadas en gallego y en castellano, para grupos de 15 personas, cuya duración rondará los 60 minutos. Tras pasar un control de seguridad a la entrada del pazo --situado en el concello coruñés de Sada--, los visitantes podrán completar el recorrido "respetando la intimidad de las estancias de uso privado sin interés artístico o histórico", señaló la Xunta.

De esta forma, el acceso al pazo se lleva a cabo por la puerta principal. Tras recorrer el jardín se realizará una parada en la escalera, donde se realizará una descripción del edificio con las referencias "a todos los detalles de la fachada previstos por Emilia Pardo Bazán" y un paseo por el entorno, un crucero, fuentes y diversos conjuntos escultóricos.

La entrada al pazo se realiza por la capilla, que también se podrá visitar. A continuación se llega al acceso principal de la casa, se visitan varias estancias de la planta baja, la sala, la biblioteca de Francisco Franco y en la primera planta el despacho del ex jefe del Estado.

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