El parricida de Moraña compró la radial el día antes y preguntó si cortaba dedos

Un conocido de la familia aseguró que una vecina le dijo que escuchó a la niña mayor gritar "¡papá non a mates!

El fiscal, Alejandro Pazos, contestó con un "sí" a la pregunta de si hay testigos del doble crimen, aunque no pudo dar más detalles. Tampoco los pudo ofrecer acerca del móvil del doble asesinato. El representante del Ministerio Público afirmó que el detenido se acogió al derecho constitucional a no declarar. No lo hizo ni ante la Guardia Civil ni ante la jueza. La Fiscalía pidió que Oubel sea sometido a la Ley del Jurado y, por lo tanto, juzgado mediante un tribunal popular.

La comparecencia se prolongó durante más de cuatro horas porque el supuesto parricida pidió lo que se denomina ‘audiencia reservada’, esto es, hablar a solas con su abogado. Para ello, y dado que en el juzgado de Caldas no hay ninguna estancia que reúna las condiciones que exige la ley (sin ventana al exterior, pero sí una pequeña vidriera para que vigilen las fuerzas de seguridad, elementos que impide que agreda al letrado o que el detenido se intente autolesionar, entre otras), la jueza tuvo de buscar un habitáculo que se adaptase a estas condiciones. Finalmente, la ‘audiencia reservada’ entre el detenido y un conocido abogado que ejerce en Caldas, y que actuó de oficio, se desarrolló en un local que se usa como archivo.

El fiscal tampoco pudo aclarar detalles de cómo fue el doble crimen de las pequeñas. Lo que sí se sabe con seguridad es que David Oubel compró la radial empleada para degollar a las niñas el día anterior a los asesinatos. El jueves, día 30 de agosto, a mediodía, dejó a las niñas en el parque. Se acercó a la Ferretería Eladio. Pidió una rebarbadora y preguntó al dependiente cómo se usaba y si servía para cortar dedos. En tono de broma, según fuentes solventes, le pidió que le hiciese una demostración él mismo con su mano. La rebarbadora le costó 60 euros.

Con respecto a los testigos, uno de ellos podría ser una vecina de Laxe que, según explicó ayer uno de los concentrados ante el juzgado, que habló con dicha mujer, ésta le contó que escuchó gritos, supuestamente de la niña mayor, pese a lo atronador de la música que tenía puesta el supuesto infanticida. "¡Papa, non a mates, non a mates!", le rogaba, según este testimonio. La alcaldesa de Moraña, Luisa Piñeiro (íntima amiga de la madre), confirmó este sábadp que varios vecinos afirman que escucharon gritos, pero, rota de dolor, asegura no saber nada al respecto de manera fiable.

MOVILIZACIONES. Este domingo se celebraron varias concentraciones de repulsa en diversas ciudades gallegas. 

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