Luis Quinteiro, obispo de Tui-Vigo, declarará este martes como declarará mañana como testigo en la causa que investiga a la Orden y Mandato San Miguel Arcángel, cuyo líder, Feliciano Miguel Rosendo da Silva, está en prisión provisional desde diciembre de 2014 acusado de un delito de abusos.
La Orden fue reconocida por la Diócesis de Tui-Vigo en julio de 2009 como asociación pública de fieles con derecho diocesano. Dicha relación puso en conocimiento de la Diócesis supuestas "irregularidades" en diciembre de 2012 ante las cuales nombró a un visitador canónico para comprobar su veracidad.
En su informe se basó la decisión de la Iglesia de apartar cautelarmente a Miguel Rosendo por razones de su "conducta moral", y no fue hasta que el escándalo de la secta de los Miguelianos que retiró su apoyo a esta organización y a su derivada, llamada Serviam, que se había establecido en Madrid.
La abogada de Miguel Rosendo cree que el testimono del obispo será "muy esclarecedor y positivo" para su cliente
En la vista de este martes, la abogada de Miguel Rosendo, Teresa Quintana-Drake, espera que el obispo sea "prudente, consecuente y valiente y que diga toda la verdad" en su declaración ante la juez. La letrada afirmó a Efe que no le cabe "la menor duda" de que el obispo de Tui-Vigo será "muy esclarecedor y positivo" para los intereses de su cliente, de quien cree que "dirá que es inocente". Asimismo, Quintana-Drake confirmo que el recurso sobre la prisión provisional de su patrocinado ha vuelto a la Audiencia de Pontevedra después de ser devuelta a los juzgados de Tui por un error formal, ya que no se le dio traslado a las acusaciones particulares.
Además, entiende que la Audiencia debería decretar la libertad del líder de los miguelianos sin esperar a la conclusión de la instrucción de la causa, en la que hay una docena de investigados por los delitos de asociación ilícita y contra la Hacienda pública.
En la jornada de este lunes se retomaron las declaraciones de testigos con los padres de dos miembros de la orden, una de ellas la pseudomonja Iria Quiñones. En opinión de la abogada de Miguel Rosendo, el matrimonio ha incurrido en "un aluvión de contradicciones" y ha quedado demostrado que lo que pretenden es "dejar por los suelos" la imagen del líder de la orden, para hacerlo ver "como un monstruo".
