El Juzgado Mercantil de Pontevedra, número uno, ha hecho firme el convenio de acreedores de Pescanova al haber transcurrido el plazo para recurrir el mismo sin que se haya presentado recurso alguno, según figura en la diligencia de ordenación con fecha 25 de junio a la que ha tenido acceso Efe.
La firmeza del convenio supone que cuando el proceso esté completamente finalizado se devolverán al consejo de administración los poderes de administración y disposición del patrimonio que tenía Deloitte como administrador concursal, al igual que ocurrirá con las filiales donde Deloitte era administrador único.
El convenio deberá ser aprobado por una junta convocada expresamente para ello, por lo que no se verá en las convocatorias del próximo 1 de julio, ni en la del 23 del mismo mes, cuyos puntos del orden del día no reflejan ninguna votación en este sentido.
El convenio de acreedores debe ahora cumplirse, tanto en lo relativo a su plan de pagos como a los plazos y condiciones aprobadas.
Supone para los bancos un mayor reconocimiento de la deuda respecto a la que inicialmente se apuntaba con el convenio que presentaron Damm y Luxempart, y que inicialmente tuvo la aceptación de la administración concursal.
En este sentido, el convenio finalmente alcanzado entre Pescanova y el G7, los bancos que han liderado el proceso de renegociación, se ha producido después de la intermediación de los consejeros independientes de Pescanova, que sondearon a la banca a través de KMPG sobre si estarían dispuestas a sumarse a un convenio de acreedores que no contara con la presencia de Damm.
La banca española y portuguesa (que supone cerca del 45 % de los acreedores de la pesquera) no apoyaba el convenio de acreedores presentado por Damm y Luxempart porque consideraban que no era lo que habían pactado previamente y que se han modificado condiciones que les perjudican.
