El empresario gallego juzgado en Castellón dice ser un "golfo" pero que no mató a su examante

En el suceso también fue asesinado un amigo de la víctima que, según su familia, estaba "en el lugar equivocado en el momento equivocado"

El empresario gallego acusado de ordenar el crimen de su examante ocurrido en Càlig (Castellón) en un suceso en el que también fue asesinado un amigo de ésta, se ha definido este viernes ante la Audiencia de Castellón como un "golfo" aunque ha asegurado que él no ordenó matar a la víctima ni pagó por ello.

En el conocido como "crimen de Càlig", ocurrido hace diez años, también ha comparecido este viernes un hombre acusado de haber reclutado -por encargo del empresario- a la persona que ejecutó a las víctimas.

Tanto el fiscal como las acusaciones particulares han pedido 52 años de prisión para ambos procesados por dos delitos de asesinato y un delito de allanamiento de morada, mientras que las defensas han pedido la libre absolución de sus representados. Uno de los sicarios ya fue juzgado con anterioridad y condenado y cumple una pena de cárcel de 44 años.

Tras la elección del jurado, la sesión ha arrancado con el interrogatorio del fiscal al empresario, quien ha explicado que conoció a la víctima en Cuba, donde "por necesidad" ejercía la prostitución, siendo su marido el proxeneta. Tras una primera visita a España de la víctima en calidad de turista gracias a la ayuda económica del procesado, éste volvió a tramitar la documentación para que la mujer pudiera venir, y aunque ha negado que tuviera un trato de favor por parte del consulado en Santiago de Compostela, ha reconocido que tenía una relación "personal" con el cónsul.

La relación entre ambos ha sido descrita por el propio procesado como de "amistad con derecho a roce", si bien ha negado que fuera su amante, pues ya tenía una, ha dicho, con la que tiene un hijo. A preguntas del fiscal, el empresario ha reconocido que mantenía al mismo tiempo una relación sentimental con tres mujeres: su mujer, su "amante" y la víctima, y ha admitido ser un "golfo".

Posteriormente la víctima -tras haber estado en Italia con una de sus hermanas- se instaló en Benicarló donde el procesado ha reconocido que le dejó una casa para vivir y le facilitó un coche y un teléfono móvil, así como ha admitido que intermedió para que uno de sus socios la contratara en una empresa en Oropesa.

Tras asegurar que ni ordenó matar a la víctima ni pagó por ello, ha relatado que fue él quien decidió romper la relación y que pidió a la mujer que abandonara el piso, al tiempo que ha negado que presionara a la víctima para reanudar las relaciones o que mantuvieran relaciones sexuales forzadas.

En la sesión de este viernes ha estado presente la familia del joven asesinado, el cual, según su abogado, simplemente ayudó a la víctima -que era su amiga- cuando ésta tuvo un accidente de tráfico, y estuvo "en el lugar equivocado en el momento equivocado", ya que al llegar a la vivienda de Càlig les estaban esperando los sicarios para matarlos.

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