La empresa gallega Drovi ha creado un biodisolvente a base de aceite de girasol como alternativa a los productos petroquímicos ya que, hasta el momento, los disolventes se basaban en los "ésteres metílicos del aceite de soja", una materia prima abundante en países de América y Asia, pero escasa en España.
Según informan en un comunicado, la base del nuevo producto supone una "importante innovación" frente a las investigaciones realizadas hasta ahora por la comunidad científica. Además, se trata de un compuesto "sostenible y que evita la dependencia de los mercados internacionales".
Con este nuevo biodisolvente han asegurado que se potencian las materias primas renovables "en línea con los intereses europeos en materia de medio ambiente", frente a los disolventes industriales convencionales que provienen mayoritariamente del petróleo.
Sobre su eficacia, Drovi asegura que se ha comprobado que "los biodisolventes tienen una eficacia equiparable a los compuestos pertroquímicos".
La compañía, con sede en O Porriño a registrado la patente, que es el resultado del proyecto NewBiosol, cofinanciado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) y en el que también ha colaborado el equipo de asesoramiento en I+D de la Fundación Empresa UniversidadGallega (FEUGA) y el grupo de investigación de Ingeniería Química de la Universidade de Vigo.