El Nuevo Marcos se hundió en cinco minutos tras chocar con la batea

La colisión abrió una gran vía de agua que provocó que el barco volcase, arrojando al mar a los cinco tripulantes ►Los cuerpos de dos de los tres fallecidos fueron rescatados a pocos metros y el cadáver hundido del patrón tardó seis horas en ser localizado

El 27 de abril de 2017 entró en la historia negra de la ría de Pontevedra. Unos pocos minutos resultaron suficientes para que el Nuevo Marcos, un pesquero de doce metros de eslora, se fuese a pique muy cerca de la Illa de Tambo, sesgando la vida de tres marineros de la localidad poiense de Campelo: el patrón del barco, Francisco Castiñeiras Sabarís; Florentino Carballa Viñas y Jesús Ligero Abilleira. Los hijos de estos dos últimos, Carlos Carballa y Adrián Ligero, consiguieron salvar sus vidas de dos formas muy distintas. Mientras que el primero logró agarrarse a una batea, el segundo tuvo los arrestos de nadar durante una hora y media hasta llegar a la playa de A Canteira, en Combarro, donde fue auxiliado por un vecino que se encontraba paseando por las inmediaciones del puerto deportivo.

La tragedia sobrevino poco después de las cuatro de la madrugada. Tras descargar sus capturas en Marín, la tripulación del Nuevo Marcos puso rumbo al muelle de Combarro, tal y como era su costumbre. Sin embargo, por causas que todavía se desconocen, la embarcación chocó contra una de las bateas situadas en el polígono más próximo a la playa principal de Tambo. Tal y como explicaría horas más tarde el responsable de Protección Civil de Poio, Manuel Vicente, el buque, con puerto base en Portonovo, volcó antes de hundirse, como consecuencia de la vía de agua abierta tras la colisión. A pesar de que el pesquero trató de llegar a tierra firme, apenas pudo desplazarse durante unos pocos metros antes de ser tragado por la ría. Las primeras pesquisas apuntan a que los marineros trataron de subirse al puente antes de que el buque voltease.

La voz de alarma se dio a las 5.40 horas, momento en el que Carlos Carballa pudo llegar a tierra. A partir de ese momento se desplegó un espectacular dispositivo de búsqueda, en el que, además de la Guardia Civil, Protección Civil, el Servizo Municipal de Emerxencias de Sanxenxo y el Servicio de Guardacostas, también participaron embarcaciones del sector marítimo. Fue precisamente uno de estos pesqueros, el Churús, el que, poco después, encontró el cadáver de Jesús Ligero y a su hijo Adrián, que, según explicó uno de sus hermanos, trató de reanimar, sin éxito, a su padre antes de que se produjese el rescate.

Los dos supervivientes son hijos de dos fallecidos; uno de ellos, Carlos Carballa, nadó más de una hora hasta A Canteira

El segundo cuerpo en aparecer fue el de Florentino Carballa Viñas, de 56 años. A las 7.10 horas el helicóptero Pesca 1 trasladó sus restos al muelle de Combarro, donde, a medida que se iban conociendo los detalles de la tragedia, comenzaron a congregarse numerosos familiares, compañeros de trabajo y amigos de las víctimas. También acudieron el alcalde, Luciano Sobral, así como otros integrantes de la Corporación municipal. Todos los tripulantes del Nuevo Marcos eran muy conocidos en Poio, sobre todo los dos veteranos de la tripulación, Florentino Carballa y Jesús Ligero. Este último, de 57 años, ejerció como patrón mayor de la Confraría de San Telmo a mediados de la pasada década. Según explicaron algunos allegados, el exresponsable del pósito pontevedrés tenía previsto jubilarse el próximo mes de noviembre.

EL ÚLTIMO CUERPO. El dispositivo de búsqueda permaneció operativo hasta prácticamente el mediodía. Fue al filo de las 12.00 horas cuando una dotación del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil hallaban el cuerpo sin vida del patrón de la malograda embarcación. El cadáver de Francisco Castiñeiras fue el único que se hundió junto a la embarcación.

En un primer momento, las labores de las fuerzas de seguridad se extendieron hasta Cabo Udra, donde, según explicaron fuentes de Salvamento Marítimo, se encontraron restos del naufragio, como consecuencia de las fuertes corrientes. No obstante, Protección Civil confirmó que el cuerpo sin vida de Castiñeiras, de 38 años de edad, fue hallado a unos quince metros de profundidad y a muy poca distancia del pesquero.

Sus restos mortales también fueron trasladados al puerto de Combarro. El levantamiento del cadáver se realizó a las 13.00 horas, bajo una gran expectación. Las diligencias de la investigación las lleva el Juzgado de Instrucción número 3 de Pontevedra.

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