Confirman los 15 años de cárcel para el celador que acuchilló a la enfermera en Vigo

Ambos habían sido pareja y trabajaban en Povisa

El condenado, en Pontevedra, custodiado por la Policía Nacional. GONZALO GARCÍA
photo_camera El condenado, en Pontevedra, custodiado por la Policía Nacional. GONZALO GARCÍA

El último gran juicio por violencia machista celebrado en la Audiencia Provincial de Pontevedra ya tiene resolución firme. El Tribunal Supremo ha otorgado firmeza al dictamen redactado por la Sección Cuarta de la ciudad del Lérez, decretando una pena de catorce años y once meses de prisión para Juan Carlos F., excelador del hospital vigués Povisa que intentó acabar con la vida de su expareja, enfermera del mismo centro sanitario, asestándole dos brutales puñaladas, una en el costado y una segunda en el cuello, de tal virulencia que acabó por romper el cuchillo.

El alto tribunal valoró todos los argumentos ofrecidos por la defensa del investigado y acabó rechazándolos punto por punto, validando, además, la indemnización que el encausado deberá abonar a la víctima en concepto de responsabilidad civil, por las lesiones y secuelas que le causó la agresión: 384.146 euros.

La víctima se pudo salvar pese a recibir puñaladas en cuello y costado

Los hechos que fueron juzgados en Pontevedra en marzo pasado tuvieron lugar en la mañana del 12 de abril de 2015, cuando el ahora condenado, "con la intención de acabar con la vida" de su expareja, según refleja el dictamen, se dirigió a su domicilio de la ciudad olívica portando un cuchillo.

Vestido con sudadera negra, con guantes y el rostro tapado para evitar ser identificado, aguardó a que su expareja saliese de la vivienda para abalanzarse sobre ella propinándole un puñetazo, arrinconándola contra una pared y clavándole el arma blanca en el costado. A continuación, según el relato acreditado judicialmente, la arrastró hasta el sótano, donde, tras tirarla al suelo, le clavó el cuchillo en el cuello con tanta fuerza que rompió el mango mientras le decía "hija de puta, si no eres para mí no eres para nadie, te voy a matar, muérete".

La mujer consiguió arrastrarse hasta el centro sanitario, malherida, donde la operación de urgencia y la mantuvieron con vida

A continuación y ante las súplicas de la víctima la introdujo en el coche y la llevó hasta las cercanías de Povisa, aunque finalmente decidió dejarla en el vehículo en lugar de auxiliarla. Fue la propia mujer la que consiguió abandonar el turismo y arrastrarse hasta la zona de Urgencias, donde lograron mantenerla con vida.

En su recurso, el acusado intentó demostrar que prestó auxilio y que se arrepintió (por el hecho de acercarle al hospital) y que su vestimenta no era para ocultar su identidad, argumentos todos ellos rechazados por el Supremo, que tampoco vio vulnerada la presunción de inocencia al entender que el relato de la víctima en el juicio fue de "la máxima credibilidad" para el tribunal.

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