Condenado a 11 años de prisión por abusar sexualmente de su hijastra durante dos años

El hombre, prejubilado por incapacidad, aprovechaba las largas estadías en casa para violentar y adueñarse de la autonomía de la menor

El Tribunal Superior de Galicia decretó 11 años de prisión y un día a un varón acusado de abusar sexualmente de su hijastra de 11 años durante casi dos años. La sentencia fue decretada este lunes en Santiago de Compostela después de que en 2012 se abriese el caso y añade a la pena una indemnización a la víctima con 25.000 euros y abonarle 200 euros mensuales hasta su mayoría de edad. También le prohíbe aproximarse a la víctima a menos de 350 metros de su domicilio o del lugar en el que se encuentre, o de comunicarse con ella de cualquier forma durante un periodo de 12 años y un día, y le impone libertad vigilada durante cinco años y privación de la patria potestad sobre la hijastra. 

La Audiencia considera probado que el hombre aprovechó la convivencia con su mujer y la niña, que reconoció como hija en 2003, para llevar a cabo una serie de abusos sexuales regulares sobre ella, incluida la penetración vaginal, entre septiembre de 2010 y junio de 2012. 

El procesado persuadió a la niña de que las relaciones sexuales eran "algo normal y que se hacían entre padres e hijos", por lo que "fue provocando una actitud de sumisión" hacia él y, "de forma correlativa, una actitud de posesión 'exclusiva' de él hacia la menor, controlando todos sus actos, amigos, impidiéndole tener una vida normal de entretenimiento y diversión con niños/as de su edad". 

Así, a los 12 años, la niña "no podía salir sola a la calle, por lo que la mayor parte del tiempo permanecía en el hogar familiar" en el que, aprovechando las ausencias de la madre, perpetraba todo tipo de abusos de carácter sexual sobre la hijastra, a la que pedía "que no se lo contara a nadie". También señala la sentencia que el encausado empezó a besar en la boca a la niña delante de otros menores al recogerla o despedirla en el colegio, aún a sabiendas de que eso le molestaba, para ir aislándola progresivamente. 

En julio de 2012, ayudada por su madrina, la niña "no aguantó más" y un psicólogo que la atendió consiguió que la menor explicara esa situación. El hombre estuvo en prisión provisional del 27 de septiembre de 2012 al 19 de diciembre de 2012, y desde aquella fecha ha estado sometido a la prohibición de acercarse y comunicarse con la menor.

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