Concostrina: ''Cuando se mata a alguien al grito de 'maricón', eso es odio puro''

La periodista Nieves Concostrina ofreció este jueves una charla en un curso de la UNED de Pontevedra sobre 'Los valores de la sociedad hiperconectada'
19_00 UNED_ Foto Nieves Concostrina para entrevista _el curso lo tiene de 17 a 19__ A continuacion mesa redonda con Chus Gomez etc_ Fotos para GENTE
photo_camera La periodista, este jueves, en Pontevedra. JOSÉ LUIZ OUBIÑA

Los medios de comunicación están muy centrados en la inmediatez hoy en día. ¿Tenemos que mirar hacia atrás para volver a hacer periodismo?

Cuando murió Kapuściński, murió el periodismo. Él dijo que «cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante», y opinaba que el periodista no era alguien que estuviera ahí para reproducir lo que otros dicen. Ahora se están publicando fake news y dando voz al fascismo, cuando tenemos pruebas suficientes del riesgo que esto tiene. Los mensajes fascistas llegan porque hay periodistas que los están trasmitiendo.

¿Por qué hablar tanto de los muertos? ¿Todavía se puede aprender de ellos?

La muerte es cultura. Forma parte de la vida, y tiene un ámbito cultural y social amplísimo. Cuando hablamos de la muerte, estamos hablando de ritos funerarios, de arte, de memoria democrática, de historia, de cine, de teatro, de poesía... La muerte está presente en todo. Precisamente en la revista Adiós, que nació como una revista empresarial, el 80% de sus páginas están dedicadas a la cultura de la muerte. 

En cambio, la religión está ampliamente relacionada con la muerte.

El principal objeto de negocio de la religión es la muerte. No habrá un cura que vaya a un tanatorio sin cobrar, no lo hacen por el alma del difunto. Pero esto es así desde el principio de los siglos. Por eso obligaban a enterrar en las iglesias, porque aunque ellos vendieran perpetuidad para tu descanso eterno, cuando las criptas se llenaban, tiraban los huesos directamente al basurero y revendían las tumbas. Tanto en la iglesia protestante como en la cristiana, claro. Meten miedo con la muerte para tenerte amarrado toda la vida en esta secta católica.

¿No le agobia hablar siempre de esto?

Lo veo desde un punto de vista histórico, entonces no. No quiero morirme, ni tengo ninguna prisa. No estoy pensando en mi muerte, vivo mi vida al minuto. No sé cuál será mi epitafio, ni sé dónde voy a acabar, ni me importa. Si me paro a pensarlo me asusta, porque sé que, lamentablemente, no hay nada después de la vida.

Pero, ¿no opina que ser conscientes de nuestra propia muerte nos impulsa a hacer cosas?

Seguramente. Si no hubiera muerte el mundo sería un caos. José Saramago escribió un libro que se llama ‘Las intermitencias de la muerte’, y fabula sobre un momento en el que la gente no se muere, y expone todos los problemas que eso conllevaría. Cambiaría todo radicalmente. Como sé que me voy a morir, intento disfrutar de la vida al minuto. Si me llama un amigo para tomar una caña, le digo que sí. Caña no tomada, es caña perdida.

¿Qué opina sobre la célebre frase ''un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla''?

Efectivamente. Por eso es tan importante para la ultraderecha meter mano en la educación, para recuperar el régimen fascista de Franco, que es el que querrían volver a imponer. Si la gente supiera lo que suponen partidos como el verde moco y la derecha, que antes era decente, pero ahora si no está con la ultraderecha está llena de corrupción, pues quizá se lo replantearían. Allá ellos. Yo me voy de este mundo sin dejar a nadie detrás, pero los que vienen lo tienen muy difícil. Como no espabilemos, lo de la libertad se va a acabar.

Entonces no conocemos nuestra historia lo suficiente.

No, en absoluto. No se enseña bien en los colegios.

¿Cómo cree que veremos el presente dentro de 50 años?

No tengo ni idea, ni tan siquiera voy a estar aquí. Como la gente no le ponga remedio, lo veo muy mal para determinados colectivos. Ha habido en A Coruña un asesinado al grito de ''maricón''. Cuando se mata a alguien así, eso es odio puro y duro. Llegará un momento en el que me rinda. Yo comunicaré hasta donde pueda, pero el cambio está en las manos de los ciudadanos y en las urnas. No creo que llegue a los 110 años, así que no lo veré.

Y si llegara y siguiera divulgando, ¿Qué sucesos de hoy contaría?

El caso Kitchen es 10 veces más grave que el Watergate. El país está inundado de corrupción, sobre todo por parte de un partido. Aunque digan que todos son iguales, no es verdad. Si viviera hasta los 110, contaría que cómo no nos pudimos dar cuenta de esto.

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