Cómo la caída de Lito cambió para siempre el panorama de la verbena

El conocido como el rey de las orquestas falleció este jueves tras años de problemas legales y de salud
Lito, el magnate de las orquestas. ARCHIVO
photo_camera Lito, el magnate de las orquestas. ARCHIVO

Ángel Martínez Pérez, Lito, conocido como el rey de las orquestas por haber sido el mayor empresario del sector de la verbena de toda España, falleció este jueves al arrojarse a la AP-9 desde el puente de A Barca, que une Pontevedra y Poio. Tenía 58 años y los últimos seis los vivió inmerso en una maraña de causas judiciales, sufriendo un grave deterioro de salud que llevó a posponer una y otra vez las vistas contra él. Ahora, con su fallecimiento, todas las causas quedan extinguidas.

La historia de Lito es la de un hombre que, desde una modesta nave de Caldas de Reis, elevó el sector de la verbena gallega a cifras estratosféricas, con una facturación anual de millones de euros entre las ochenta orquestas que representaba. Los nombres hablan por sí solos: Panorama, París de Noia, Olympus...

Era una época, la primera década del siglo, en la que un músico de orquesta ganaba sin problemas 30.000 euros en seis meses de gira, lo que provocó que cientos de artistas diesen el salto a la verbena. El problema es que toda la cadena de pago, desde la comisión de fiestas hasta los intérpretes, se realizaban de una forma que la Justicia pone en entredicho, es decir, en B. Y de ahí nacieron todas las acusaciones que hicieron que, en los últimos años, Lito pasase más tiempo en juzgados y bufetes de abogados que reunido con concejales y artistas.

Y es que, pese a que no son pocos los músicos de orquestas que añoran los años de pagos en sobres, no era justo que el sector de las orquestas no cotizase como el resto de empresas. Era algo que era de sobra conocido por las autoridades judiciales en Galicia y de ahí que la Fiscalía comenzase a investigar sobre el sistema de pagos, lo que cristalizó en la primera investigación a Lito en 2015.

CAMBIO DE ESCENARIO. Ese año supuso un punto de inflexión en el mundo de la verbena, que comenzó a cumplir sus obligaciones con Hacienda, al tiempo que el negocio se diversificó: afloraron diversos representantes dispuestos a llevarse los trozos del pastel que había dejado Lito, inmerso ya en numerosas causas judiciales.

Con la sede de Espectáculos Lito, al pie de la N-550 en Arcos da Condesa, convertida en una fábrica de pellets, la figura de Ángel Martínez —que llegó a ser estudiada en ciclos de industria musical— fue haciéndose cada vez más impopular. En lo personal, le diagnosticaron una enfermedad neurológica degenerativa que, según sus abogados, podría tener que ver con el estrés por los juicios, y muy probablemente también con la decisión de quitarse la vida.