Casi 108 años sin miedo a nada

El optimismo es el secreto de la longevidad de Paquita Salguero, vecina de A Coruña que soplará 108 velas el próximo mes de mayo
La supercentenaria Paquita Salguero, en uno de sus paseos diarios por el centro de A Coruña. EFE
photo_camera La supercentenaria Paquita Salguero, en uno de sus paseos diarios por el centro de A Coruña. EFE

El optimismo es el secreto de la longevidad de Paquita Salguero. Ni el coronavirus ha podido con ella. Menos todavía con su sonrisa de 107 años. El 7 de mayo espera soplar otra vela más. Su deseo: echarse kilómetros encima y volver a pisar lugares a los que quería ir y cuyos desplazamientos tuvo que aplazar debido a las restricciones de la pandemia.

La supercentenaria, vecina de A Coruña, pasó el covid hace más de un año, contagiada por una de sus cuidadoras. "No me enteré, porque no tuve síntomas", informa. También se infectó su sobrina Carmina, con la que vive. Ella, mucho más joven, sí sufrió las complicaciones del virus y estuvo doce días en el hospital.

Parece extraña la levedad con la que Paquita transitó por la enfermedad, pero para aquellos que la conocen ni siquiera resultó una sorpresa. Saben que está hecha de otra pasta. "Soy muy fuerte, aguanto todo", reconoce sin perder esa alegría que la caracteriza. Paquita sale todos los días a pasear por el centro de su ciudad, lee libros, intercambia mensajes de WhatsApp con sus allegados —porque maneja su smartphone con la soltura de una veinteañera— y disfruta de compartir momentos con sus seres queridos.

A pesar de su lozanía, ha tomado la determinación de no arriesgarse a no poder celebrar su próximo cumpleaños, aunque lógicamente cree que sí habrá suerte. Pero, por si acaso, festeja cada día 7 su 'cumplemes'. De hecho, una de sus vecinas la agasaja con flores cada treinta jornadas y organizan una comida por todo lo alto.

Lo único que lamenta Paquita es que, según pasa el tiempo, se ve obligada a festejar con comensales diferentes, pues va sobreviviendo a todos. No en vano, el 7 de mayo es el 108 cumpleaños de esta mujer, que confiesa estar vacunada "de todo", pues ha recibido las tres dosis del suero contra el minúsculo patógeno que todavía tiene inquieto al mundo y también la inyección contra la gripe, aparte de todo lo estipulado en el calendario. Se siente protegida y admite que no tiene ningún miedo, ni al virus actual ni a nada. Y el secreto del don de una larga vida, lo tiene claro: "Ser muy optimista, ver todo por el lado bueno".

Su gran anhelo ahora es retomar una de sus aficiones favoritas, truncada por la crisis sanitaria: viajar. "Ella me dice que quiere ir a Budapest, pero tan lejos no la llevo", cuenta su sobrina, maravillada por su vitalidad. A donde sí irán ambas esta primavera será a Santander, dado que a Paquita le encanta cambiar de aires, hacer visitas y pasear por otras urbes.

Su espíritu aventurero le viene casi de nacimiento, pues de niña vivió en cinco faros diferentes, ya que sus padres fallecieron y residió con un tío suyo, farero, en distintos puntos de la Costa da Morte. Esa que imprime carácter.

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