Seis de cada diez mujeres rurales se ven menos protegidas ante los malos tratos

Una encuesta revela que las gallegas que viven en el campo son más reacias a denunciar por el entorno y su mayor dependencia económica

 

Rosa Arcos Caamaño. AEP
photo_camera Rosa Arcos Caamaño. AEP

El 60% de las mujeres que residen en el campo se ven menos protegidas por las instituciones ante casos de violencia de género que las que viven en las ciudades. Así se desprende de una encuesta realizada por la plataforma Agra y la Federación de Asociacións de Mulleres Rurais de Galicia (Fademur) a algo más de 500 gallegas de entre 25 y 45 años afincadas en zonas no urbanas. Preguntadas por los porqués de su percepción, respondieron que para ellas "ten un peso moi grande o seu entorno social, que consideran pechado e mesmo agobiante, sumado á falla de recursos e información, pois seis de cada dez non coñece ningunha campaña contra a violencia machista", explicó la presidenta de Fademur, Rosa Arcos Caamaño.

Estas circunstancias se traducen en que las féminas rurales manifiestan "maior medo a denunciar" por temor a perder a sus hijos (81%), vergüenza (76%), miedo a que se repitan las agresiones (75%) o dependencia económica de la pareja (73%). Estos factores también se repiten en las urbanitas, pero en menor medida.

Y es que las gallegas que viven en el campo a menudo comparten sus actividades profesionales, como labores agrícolas y ganaderas, con sus parejas; de ahí esa mayor dependencia económica. Al mismo tiempo, el entorno hermético del rural —la mayoría de vecinos se conocen, entre ellos muchas veces la familia del agresor— hace que tengan más dudas a la hora de tratar el tema con sus amistades y denunciar que las que viven en las ciudades.

Y, en el caso de que se decidan a dar el paso, "teñen menos medios e máis dificultade para acceder a eles", recuerda Arcos Caamaño, empezando por el mero procedimiento de interponer la denuncia. En la ciudad basta con acudir a una comisaría, mientras que en el campo el desplazamiento hasta el cuartel más cercano puede llevar horas y muchos kilómetros.

JUSTIFICAR LA AGRESIÓN. La encuesta de la que se extraen estas conclusiones se enmarca dentro de un sondeo con una muestra 1.715 mujeres —un 33% del rural y el restante, de zonas urbanas— y 206 hombres gallegos. Al margen de diferencias entre el campo y la ciudad, el estudio arroja conclusiones "preocupantes", en palabras de la presidenta de Fademur.

Un dato alarmante es que un 10% de los encuestados cree que hay situaciones que justifican la violencia de género, como la "falta de autocontrol, secuelas de maltrato na infancia, problemas psicolóxicos ou as drogas e o alcohol", explica Arcos Caamaño.

Asimismo, seis de cada cien mujeres creen que una "agresión aillada» no es violencia machista, mientras que un 10% de los sondeados —hombres y mujeres— considera que las relaciones no consentidas en el ámbito de la pareja no constituyen maltrato.

Por otra parte, y aunque cualquier mujer es susceptible de sufrir violencia de género, los encuestados creen que las que tienen menos recursos y formación académica están más expuestas.

El 70% de gallegas creen que aunque denuncien no van a estar protegidas

Pese a que desde la Administración insisten en que denunciar es la clave para atajar los casos de violencia machista, un 70% de las mujeres gallegas, tanto de la ciudad como del rural, consideran que poner los hechos en conocimiento de las fuerzas de seguridad no hará que estén más protegidas.

Se trata de una percepción que puede explicar que el mismo porcentaje de los casos de maltrato no se trasladen en denuncias, según informa la presidenta de Fademur.

REPUNTE DE CASOS. Acaben o no documentados sobre la mesa de una comisaría, las mujeres tienen la sensación de que los episodios de maltrato han aumentado durante los últimos años. Así lo cree el 75% de todas las gallegas, un promedio que se eleva al 83,66% en el caso de las que residen en el rural.

61%. Es el porcentaje de encuestados que dice conocer o haber conocido casos de maltrato.

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