Tomar conciencia de la necesidad de poner coto a la sangría poblacional urge y es lo que defiende la conselleira de Trabajo y Bienestar, Beatriz Mato, que, consciente de que la crisis demográfica "no se va a resolver en dos días", demanda un pacto de Estado ante una situación de "alarma".
La defensa de una estrategia nacional la trasladará de nuevo este lunes, con motivo de una comparecencia suya en Madrid, dentro de la comisión de entidades locales del Senado, concretamente, en el marco de la ponencia de estudio para la adopción de medidas como consecuencia del despoblamiento del rural en España.
"Tenemos un problema y hay que intentar atajarlo", expone Mato en una entrevista con Efe, y recuerda que en el caso gallego se impulsó el llamado Plan de Dinamización Demográfica 2013-2016, actualmente implantado al 60 por ciento, un índice de ejecución superior al previsto, y cuyos efectos no pueden ser inmediatos, porque es imposible verlos "de un día para otro".
Es por ello que desde el inicio busca ese gran pacto "que se mantenga en el tiempo", así como la implicación de los agentes sociales para que en toda negociación colectiva se hable de la tan necesaria conciliación de la vida laboral y familiar. El escenario es de "alerta roja", y no únicamente en Galicia, la segunda autonomía más envejecida tras Asturias, con un bajo índice de fecundidad y con una esperanza de vida muy alta, de manera que "hay que crear alarma, sí, y pensar, tomar conciencia y actuar".
Los gallegos "tenemos más calidad de vida, una esperanza de vida más larga y cuanto más envejezcamos como comunidad autónoma, más recursos de la comunidad autónoma vamos a necesitar, porque vivimos más, y esto obliga a que, de alguna manera, debamos ser capaces de equilibrar el sistema, y que haya tanta gente que aporte como gente que depende".
En definitiva, "que como pueblo sigamos creciendo y que seamos capaces de atraer a más personas de otras comunidades autónomas o países. Lo que está claro es que la situación en la que se encuentra Galicia no es de ahora. Llevamos muchos años, 27, con un declive demográfico importante. Y no somos la única comunidad", manifiesta.
No en vano, es un escenario comparable al de Asturias, Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Extremadura, territorios que, como Galicia, reclaman al Gobierno una nueva ponderación de las variables de densidad, dispersión, envejecimiento y población protegida en la revisión del sistema de financiación autonómica.
Mato dice que el equipo de Alberto Núñez Feijóo se ha puesto al "frente" de este problema y demanda del resto de instituciones, agentes sociales -empresarios y sindicatos-, y de la sociedad en su conjunto, "que se involucren".
La Xunta ejerce sus competencias, y lo hace "con más servicios públicos y estímulos vinculados a las desgravaciones fiscales", así como intentando negociaciones con comisarios europeos para que también la Unión acabe implicándose en este asunto.
"Es importante pensar que las consecuencias" de este trabajo no se ven enseguida, pero sí en el medio y largo plazo, asegura esta conselleira.
Al encargarse de Bienestar y de Trabajo, de lo segundo opina que en 2014 los indicadores económicos han ayudado a tener esperanza en lo que a empleo se refiere, y en este sentido, aunque "nadie puede estar satisfecho" con cerca de 240.000 parados, ha confiado en una tendencia positiva.
Para ello, ha apuntado como objetivos prioritarios los centrados en los jóvenes y los mayores de 45 años, y ha aludido a la ambiciosa estrategia de inserción laboral para personas en riesgo de exclusión social, que ha aportado una positiva experiencia "en todos los sentidos", para las partes contratante y contratada.
Mato, ya por último, recuerda la importante cita de pasado mañana en Madrid, no oculta que la demografía es un asunto que en ella suscita pasión, y avanza que trabajará en toda posibilidad de hacer de esta comunidad autónoma una tierra "más amable, para que las familias se sientan más a gusto", y que se afanará en ese ansiado pacto para levantar la demografía, pacto "que debe existir".
