La banda liderada por Marino Giménez admite que intentó robar cocaína a unos narcos

El guardia civil implicado en el caso ha negado su participación en la trama
Marino Giménez testifica en la Audiencia provincial de Vigo. SALVADOR SAS
photo_camera Marino Giménez testifica en la Audiencia provincial de Vigo. SALVADOR SAS

Cuatro de los cinco acusados de formar una banda liderada por Marino Giménez, hermano del rey de los gitanos de Galicia, Sinaí Giménez, han reconocido el intento de robar un alijo de cocaína a unos narcotraficantes con la ayuda de un guardia civil, precisamente el único que ha negado su participación en la trama.

Estos cuatro acusados que han admitido que orquestaron un plan para robar la droga y se han reconocido en las conversaciones telefónicas intervenidas verán reducidas sus penas de forma sustancial tras llegar a un acuerdo con el fiscal, que ha modificado su escrito para pedir 15 años de inhabilitación para el agente.

En total son seis los procesados en esta causa, pero uno de ellos, Marcos G.B., está declarado en rebeldía.

El fiscal retiró la acusación contra Benito O.O., quien no se sentó este lunes en el banquillo, como sí hizo en el juicio que derivó en una sentencia condenatoria que anuló el Tribunal Supremo, que además ordenó la repetición de la vista oral.

Según se recoge en el escrito de acusación de la Fiscalía, en enero de 2014 cinco encausados, que integraban un grupo con un "claro reparto" de funciones, y en el que Marino Giménez era el cabecilla, planearon asaltar a unos narcotraficantes y quitarles medio kilo de cocaína que luego distribuirían por su cuenta.

Para ello, simularon un control de la Guardia Civil en una gasolinera de Mos para interceptar a los narcotraficantes a los que perseguían para hacerse con la sustancia estupefaciente.

Allí, el agente imputado supuestamente les dio el alto utilizando un vehículo rotulado de la Guardia Civil, uniformado y exhibiendo su arma reglamentaria.

Estaba acompañado por otro agente, de quien la Fiscalía no ve acreditado que tuviera conocimiento de la actuación de su compañero.

En ese momento, agentes de la Policía Nacional que seguía los pasos de los asaltantes abortaron la operación y detuvieron a los procesados.

Ha sido a la cuarta tentativa cuando por fin se ha podido celebrar en la Audiencia de Pontevedra la repetición del juicio.

Antes hubo tres aplazamientos, en diciembre de 2019, cuando el abogado de uno de los acusados sufrió un accidente de tráfico; a comienzos del pasado marzo, cuando renunció in extremis el abogado de Marino Giménez, y en junio, forzada esta vez por la pandemia del coronavirus.

A expensas de la modificación de su escrito, el fiscal pide para los procesados penas que oscilan entre los 12 años y los 4 años y medio.

En el anterior juicio, la sección quinta de la Audiencia de Pontevedra impuso penas que iban desde los 4 hasta los 7 años y medio de prisión.

Sin embargo, el Tribunal Supremo anuló el fallo y ordenó retrotraer las actuaciones al trámite anterior al señalamiento de la vista oral y que se celebrara un nuevo juicio por un tribunal diferente.

El Supremo consideró que en este caso se vulneró el principio de imparcialidad, ya que los magistrados que los juzgaron y sentenciaron ya habían resuelto recursos durante la fase de instrucción, por lo que conocían el caso.

El Alto Tribunal señaló entonces que la sección quinta de la Audiencia de Pontevedra supervisó en apelación ocho autos de la magistrada de instrucción y dictó cinco autos.

En tres de ellos intervinieron los mismos magistrados que integraron después la sala de enjuiciamiento, y en los otros dos autos resolvieron dos magistrados de los tres que juzgaron a los acusados. 

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