Atascos quilométricos en el blindaje de la Galicia urbana

Algunos conductores han mostrado su sorpresa al toparse, volante en mano, con los controles de las fuerzas de seguridad
Control en Nadela. XESÚS PONTE
photo_camera Uno de los controles realizados en Nadela para regular el cierre perimetral. XESÚS PONTE

Las consecuencias del endurecimiento de las restricciones en Galicia, con el cierre perimetral de sus siete principales ciudades y de varios de sus municipios limítrofes, se han dejado sentir incluso antes de las tres de la tarde de este viernes, hora de entrada en vigor de las nuevas medidas, pues los atascos kilométricos se han multiplicado.

Algunos conductores han mostrado su sorpresa al toparse, volante en mano, con los controles de las fuerzas de seguridad y conocer el motivo, pues se trata de una hora en la que son muchos los que salen de sus puestos de trabajo con la intención única de regresar a sus domicilios, los cuales no siempre están ubicados en el lugar en el que cada uno desempeña su labor profesional.

Otros, los más precavidos, han hecho que se disparase la movilidad, en la mayoría de los casos por el deseo de sentirse en casa mientras perduren estas limitaciones, que al menos estarán vigentes durante la festividad de Todos los Santos y hasta el próximo martes.

"Yo me he acercado a Compostela a comprar un regalo para mi hijo pero soy de Lousame y quiero tener los pies en mi hogar sin que esto me pille en pleno trayecto", ha contado a Efe Álvaro, un hombre recién jubilado que se desplazó a la capital gallega para recoger un presente que había encargado para uno de sus dos vástagos.

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"Al menos llegué a tiempo, que este sábado es su cumpleaños", ha comentado antes de irse. No sabe si, en caso de no haber estado "avispado", -palabras suyas-, hubiese anulado el pedido. Pero, "por suerte", no ha sido así. Sin embargo, no son pocas las floristerías que sí han sufrido cancelaciones.

"Si la visita a los cementerios por las medidas anticovid este año ya no iba a ser igual, ahora con mayor motivo, pues con la imposibilidad de desplazarse de las urbes al rural para detener la propagación del virus, mucha gente no podrá siquiera acudir al camposanto", señala Alicia, una mujer que regenta uno de estos negocios.

La Xunta, que se ha decantado por un endurecimiento asesorada por el comité clínico de expertos, ha pedido expresamente a los universitarios que no regresasen a sus lugares de origen, para no exponer a sus familiares, pero en estaciones como las de Santiago tal consejo no ha surtido efecto, pues son muchos los alumnos que se han subido a los distintos trenes.

Las revisiones de documentación y los controles barrera para asegurar que se acatan las normas de obligado cumplimiento se suceden. Esta es una de las primeras estampas, una habitual, pero hay otros efectos que no se aprecian de manera inmediata.

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En Vigo, por ejemplo, peligra la campaña de Navidad que ha catapultado a la fama a la mayor de las ciudades gallegas por el despliegue de luces led en sus calles, diez millones el año pasado, y la peculiar manera de promocionarla de su alcalde, Abel Caballero.

Visto el impacto mediático de los dos años anteriores, el veterano político socialista no pudo resistir a la tentación y anunció en agosto, pese a la incipiente formación de la segunda ola de la pandemia, el comienzo de la instalación del alumbrado navideño.

Pese a las críticas recibidas por las formas y por el momento de aquel anuncio, Caballero insistió hasta hace pocas fechas en mantener en la programación todas las atracciones previstas: un gran árbol de Navidad, una noria gigante o un gran mercadillo navideño con cañones de nieve artificial.

Eso a pesar de que la mayoría de grandes celebraciones en toda España se han ido cayendo por culpa del virus: Fallas, Sanfermines, Carnavales...

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El constante empeoramiento de las cifras de contagios en la ciudad ha ido modulando, con todo, el discurso de Caballero, que empezó por garantizar eventos "1.000% seguros", con reducción de aforos y su control con cámaras, a la supresión de actividades bajo techo y a la celebración de una Cabalgata de Reyes "estática".

Ya se ha hecho Caballero a la idea de que en el peor de los escenarios, con un confinamiento estricto a finales de diciembre, las refulgentes calles de Vigo solo se puedan ver a través de una pantalla.

Resignación es la que han mostrado todos los alcaldes, aunque en Pontevedra su regidor, Miguel Anxo Fernández Lores, ha lamentado "un estilo Madrid", al mostrar sus dudas de que un confinamiento por días tenga fruto alguno.

El presidente autonómico, Alberto Núñez Feijóo, ha dejado caer que podrían extenderse a los fines de semana. Y el delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, ha avalado en la capital gallega las nuevas restricciones decretadas por la Xunta y ha prometido su colaboración leal.

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"Estoy convencido de que las decisiones que se tomen son las decisiones correctas", ha respondido Losada en rueda de prensa a una pregunta sobre este tema, además de llamar a "evitar la crítica" entre Administraciones y a sumar esfuerzos para combatir el virus.

Losada ha querido hacer hincapié en que la Xunta puede tomar estas decisiones porque cuenta con el respaldo del estado de alarma, al que se ha referido como "la mejor herramienta para poder combatir la pandemia y para poder tener efectividad, eficiencia y rapidez en la toma de decisiones".

Galicia, como comunidad, no está cerrada, aunque de facto así se sienta, pues el cierre perimetral de Asturias ha alterado la vida de los vecinos de algunos pueblos que han quedado partidos en dos, como Ribadeo y Vegadeo (Asturias).

La Asociación de Comerciantes, Industriales, Servicios y Autónomos de Ribadeo ha señalado que están al "borde del colapso" y lo mismo opina el gremio hostelero, al coincidir unánimemente en que es prácticamente un "cierre encubierto" de sus negocios.

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Aluden a que en los ayuntamientos "acorazados" quedan prohibidas las reuniones entre no convivientes.

Hasta 696 positivos más en veinticuatro horas en Galicia, 58 más que la jornada anterior según los datos recabados hasta las seis de la tarde del jueves, elevan a 8.363 el total de personas que en esa Comunidad tienen covid-19.

La escalada es una realidad: son 433 casos activos más que en el anterior recuento, con el área sanitaria de Vigo, en este momento, al frente del incremento de nuevos contagios. 

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