El cuerpo sin vida que fue localizado este martes en Ourense flotando en aguas del Miño, a su paso por la zona de Outariz, no corresponde al del hombre de 65 años desaparecido el 6 de enero. El grupo que un día más rastreaba el cauce del río en busca de este vecino de A Cuña visto por última vez en las inmediaciones del puente romano, antes de precipitarse al agua, localizó un cadáver retenido en un margen del río.
Las primeras informaciones apuntaron a que se trataba de este hombre, pero la Policía Científica ha confirmado que no es así. A falta de la concreción derivada de las pruebas forenses, el cuerpo presentaba un avanzado estado de descomposición y podría llevar ya varios meses en el río. Así, el desaparecido continúa en paradero desconocido, y todavía no se ha determinado a quien pertenecen los restos hallados. El cadáver portaba unas llaves de coche y un teléfono móvil, pero la descomposición imposibilitó la toma de huellas dactilares.
