'Angrois', un libro de poemas que homenajea a los ''héroes anónimos''

Una emotiva antología, que lleva por título Angrois y componen 41 poemas de otros tantos creadores, homenajea a todos los "héroes anónimos" que el último 24 de julio vivieron un accidente con toda su crudeza y decibelios, el descarrilamiento del tren que cubría la ruta entre Madrid y Ferrol.

Este libro, presentado en Compostela, parte de una idea de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago radicada en Valencia, y su presidenta, Ángeles Fernández, ha señalado que el objetivo con el que nació fue el de agradecer la "respuesta de la gente" ante la tragedia que se desencadenó cuando aquel día un tren se salió de la vía en la curva de A Grandeira.

Uno de los vagones impactó contra el palco de la música tras superar el muro de seguridad y cayó justo delante de las casas. Fue una tarde noche, ha destacado Ángeles Fernández, muy "vivida" por todos los peregrinos del mundo, puesto que el núcleo de Angrois ocupa un "lugar privilegiado" en la ruta que hacen los caminantes.

Allí llegan quienes acceden a Santiago por el sureste, los que hayan empezado en Ourense o a orillas del Mediterráneo, siguiendo el Camino de Levante-Sureste, desde Valencia-Alicante; o la Vía de la Plata, con el origen de su trayecto en Sevilla.

"La tragedia, como cualquier otra cosa sucedida en Santiago, es vivido como algo propio en los peregrinos", ha opinado Ángeles Fernández.

Este volumen supone un "pequeño regalo" para los vecinos de un barrio que ya era "importante" para los miembros de esta Asociación de Amigos del Camino, puesto que Angrois "permite" a los caminantes una "experiencia incomparable" al visualizar desde allí la Catedral.

Ángeles Fernández también ha subrayado el apoyo que desde esta agrupación se está dando para que se les conceda a los habitantes de Angrois el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2014, para lo cual se han recogido 120.000 firmas a través de la plataforma change.org merced a una iniciativa impulsada en este espacio por Salvador Caracuel, un vecino de la localidad malagueña de San Pedro de Alcántara.

Se trata de honrar a quienes, sin pensar en sí mismos, la víspera del Día de Galicia superaron sus miedos y sus propias limitaciones y trataron de liberar a los encerrados en el convoy y de socorrer a los heridos, antes de que tuviesen tiempo de llegar los primeros auxilios organizados.

Los vecinos de Angrois rompieron ventanillas, utilizando para ello lo que encontraron a mano; sacaron mantas, improvisaron camillas y vencieron el agotamiento y el horror que se genera ante una estampa tan dramática como aquella.

Esta mañana, en un día caluroso, los autores de dos poemas de la obra Angrois, Manuel Pereira, que firma As súas mans, manos una a una sumergidas "en la catástrofe"; y Asun Estévez, artífice de Bágoas, por las "lágrimas negras" que sucedieron a aquel fatídico suceso, han procedido a leer sus piezas.

Otros, como Abel Dávila, han colaborado desde Cienfuegos (Cuba) con su poema La curva de Angrois; Ana Menna, desde Nueva York, con Angrois; Ana Noguera, desde Krefeld (Alemania), con La incomprensión es el mayor de los lutos; María Prieto, desde Upsala, Suecia, con Cinco Minutos y, desde Lugo, la escritora Marta Rivera de la Cruz suscribe "quiero llorar por todos, perdonadme si no os puedo llorar uno por uno".

El gerente del Xacobeo, Rafael Sánchez, ha resaltado en este acto celebrado en el Ayuntamiento de Santiago la sensibilidad que vincula a la peregrinación con la capital gallega, y "la fraternidad" que une a personas de todo el globo y que se manifiesta en este trabajo.

En una ceremonia así no podían faltar las víctimas, representadas por un miembro de la Plataforma de Víctimas Alvia 04155, Arturo Domínguez Barrosa, y otro de la Asociación de Perjudicados por el Accidente Ferroviario del Alvia, Apafas, su propio presidente, Cristóbal González.

Los dos han coincidido en la importancia de iniciativas como estas, que recuerdan a todas las personas a las que ha "marcado" el accidente ferroviario.

De su situación un año después, Barrosa ha destacado que la obsesión de los miembros de su Plataforma sigue siendo la misma, "verdad, justicia y reparación", y más ahora que "tenemos datos" de que el accidente "se podría haber evitado", ha concluido al aludir a la causa judicial.

También González ha reconocido que "no hay noche" que no recuerde aquella tarde de julio. "No está siendo fácil" y son muchos los que todavía siguen en tratamiento "psicológico y psiquiátrico", ha relatado.

Cristóbal González Rabadán, impulsor de la Asociación de Perjudicados por el Accidente Ferroviario del Alvia (Apafas), era uno de los pasajeros del tren siniestrado y en su memoria persiste el vagón en el que iba, cómo auxilió a quien pudo y las caras de todos aquellos que lo han ayudado a él.

Este hombre llegó a despedirse de su familia por medio de un whatsapp al creer que su vida llegaba a su término. "Adiós, te quiero", escribió a su mujer y a sus hijos.

Estaba haciendo el Camino de Santiago, y a él y a un amigo que conoció en la ruta les aconsejaron visitar Compostela en la víspera del 25 de julio, Día de Galicia, por las fiestas del Apóstol.

No lo dudaron. Subieron en Puebla de Sanabria (Zamora). Cristóbal tuvo una herida en la cabeza, por las incrustaciones metálicas; daños en sus costillas y, después de ayudar, sintió que perdía la vista. Finalmente despertó en la policlínica La Rosaleda, en la capital gallega.

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