Trece años de una "tragedia evitable"

El dictamen del Consejo de Estado sobre el accidente del avión militar en Turquía da esperanza a la familia del comandante guitiricense Antonio Novo, que más de 13 años después sigue en la lucha para depurar responsabilidades y mantener vivo su recuerdo en su concello natal con la recuperación de un monolito en "un lugar santo" para ellos
Piedras que ocupan el lugar del monolito en honor a Antonio Novo
photo_camera Piedras que ocupan el lugar del monolito en honor a Antonio Novo

El trágico accidente del avión Yak-42 en Turquía hace ya más de 13 años vuelve a estar de actualidad tras el reciente dictamen del Consejo de Estado en el que reconocía la responsabilidad del Gobierno en el siniestro. Desde entonces, son muchos los titulares, rifirrafes políticos, debates e intercambios de opiniones que fluyen pidiendo una reparación moral para las familias de las 62 víctimas pero sin ser realmente conscientes de que el 26 de mayo de 2003 se paró el mundo para ellas.

El Concello de Guitiriz puso en 2005 un monolito en honor a Antonio Novo, que desapareció hace años tras varios actos vandálicos

La del comandante de origen guitiricense Antonio Novo Ferreiro (Os Vilares, 1962) fue una de las que tuvieron que sufrir no solo la pérdida de un ser querido en la flor de la vida, cuando solo contaba 40 años, dejando una viuda y dos hijos jóvenes, sino más de una década de reclamaciones, litigios, decepciones, indignación, dolor y preguntas sin responder que aún hoy no tienen contestación.

Por ello, el informe del Consejo de Estado ha sido para María Menéndez y sus hijos Antonio y Diego un atisbo de esperanza en su lucha por depurar responsabilidades de la que fue una "tragedia evitable", tal y como la definen.

Dicen sentirse «muy contentos» por las noticias de los últimos días. "Es la primera vez que un alto organismo del Estado reconoce la responsabilidad del Gobierno en no evitar la mayor tragedia del Ejército", afirman. Llega, quizás, demasiado tarde, pero "más vale tarde que nunca". "Reconforta que tras años de lucha se reconozan los hechos", apunta la viuda de Toño, como ella se refiere a él.

Sin embargo, quedará siempre una espina. "Desde un primer momento supimos que ese vuelo era ilegal y el accidente se podría haber evitado", lamenta María, que viendo que el informe del Consejo de Estado muestra que "la verdad está ahí" ahora solo falta saber "por qué se quiso tapar tan rápidamente esto, con un funeral de Estado a las 48 horas que provocó que 30 de los 62 cadáveres no fuesen identificados".

Para la mujer de Antonio Novo, este suceso es "el mayor caso de corrupción en España, porque tiene como resultado la muerte de 62 españoles". "Trece años después aún no sabemos quién se benefició del pago de 149.000 euros por el alquiler del Yak-42, aunque la compañía solo recibiese 38.000, ni por qué España pagó un seguro de vida que nunca se firmó", apuntó.

Así, una de las cosas que más indignación sigue causando a los familiares de las víctimas del Yak-42 es que el Gobierno no asuma de forma contundente la culpa en el accidente ni actúe en consecuencia. "Que se reconozca el dictamen y no la culpa me parece incongruente", afirma rotundamente María, que añade con firmeza y un atisbo de esperanza que "las palabras bonitas no me sirven para nada, me valen los hechos y ya que no hubo responsabilidades penales al respecto, que las haya políticas y eso de momento no lo hubo, pero tiempo al tiempo".

Por todo ello, exigen que Federico Trillo y también su número tres en el ministerio en aquella época, Javier Jiménez Ugarte, sean "destituidos fulminantemente" de las embajadas de Londres y Estocolmo, respectivamente. "Son responsables del calvario que hemos sufrido las familias todo este tiempo y no puede ser que sigan ocupando un cargo público representando a España", insiste.

Además, están a la expectativa de la intervención en el Congreso sobre este tema del próximo lunes de Dolores de Cospedal, de la que esperan que firme un informe "demoledor" tras el dictamen, "que concluya que el accidente fue evitable y que, al reconocer eso, de alguna forma nos compense a las familias". "Vamos a ver lo que sucede allí. No va a hablar con solo cuatro familiares, sino ante toda la oposición", apuntó María.

MONOLITO. Pero más allá de acusaciones y responsabilidades políticas, para la mujer e hijos de Antonio Novo hay otro tema que les causa dolor y sobre el que esperan obtener una respuesta y una pronta solución. El militar guitiricense fue homenajeado en febrero de 2005 y en su honor se erigió un monolito junto a la iglesia de Santa María que desapareció hace años como consecuencia de diferentes actos vandálicos.

Su familia se dirigió en diversas ocasiones al gobierno local, la última a través de una carta a la alcaldesa, Regina Polín, el pasado mes de julio, en la que le pedían "valorarnos sentimentalmente, para que se perpetúe ese homenaje y pueda reponer un nuevo monolito o placa en su memoria". "Desde que se inauguró, todos los años nos pasamos por el pueblo, para poder rezar en su tierra natal a nuestro héroe, muerto por España. Pero lo que nos trastorna es acudir a Guitiriz desde el verano de 2010 y ver que el monolito ha desaparecido literalmente. Sin motivo, se ha borrado su recuerdo en un lugar santo para nosotros", afirman.

María lamenta que "si el día de mañana mis hijos llevan a los suyos al pueblo de Toño no haya nada que lo recuerde, lo que fue y por lo que luchó", y asegura que volver a contar de nuevo con un monolito "sería un homenaje para él, un héroe que dio su vida por su país en Afganistán". "Si el monolito creen que es susceptible de otros actos vandálicos, rogamos que coloquen una placa o una calle, pero su recuerdo no puede ser olvidado", pide.

La alcaldesa de Guitiriz, por su parte, explicó que la intención del Concello es "reponer" de alguna forma los elementos que honraban la memoria de Antonio Novo, una columna de piedra con un símbolo celta y dos árboles que plantaron sus hijos. "Todo sufrió daños y lo repusimos, pero luego hubo otro acto vandálico y desapareció parte del monolito", dijo.

La regidora apuntó que la idea es poner una escultura "todo lo antivandálica que pueda ser", que sirva de homenaje conjunto a Antonio Novo y a Ángel Estraviz, militar fallecido en enero de 2007 en un accidente de helicóptero en Navarra, al que también se le dedicó una escultura en el mismo lugar, dañada actualmente.

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