El alcalde de Santiago de Compostela, Agustín Hernández, designado delegado regio para efectuar la ofrenda en la misa solemne que hoy recuerda la traslación de los restos del Apóstol, para pedirle ayuda para acabar con las corruptelas.
Ha pedido al santo, en un discurso en el que alternó gallego y castellano, su compañía en "la tarea de luchar sin límites contra la corrupción, para tratar de erradicarla definitivamente de la vida política y social", y también que ayude a la recuperación de los principios y valores a los que aludió el Papa Juan Pablo II en su visita a esta ciudad gallega hace tres décadas, así como la reciente visita del Rey Felipe VI.
En esta ceremonia religiosa que preside el arzobispo Julián Barrio y se celebra cada 30 de diciembre en recuerdo de la legendaria travesía del santo desde Palestina hasta las costas de Galicia, el regidor municipal ha recordado que en los últimos años la ciudadanía ha pasado por momentos "llenos de adversidad y sacrificios, que nos pusieron a prueba en el plano económico y también en el plano social".
Esto llevó a que todos tuviesen que hacer un esfuerzo, en mayor o menor medida, "un gran esfuerzo para sobreponernos y que aún estamos haciendo, porque las mejoras han de llegar a todos, aunque comenzamos a ver una luz de esperanza".
Esa luz, ha proseguido, ha de iluminar a todos, alejar las penurias de la pobreza y acercar a todo el conjunto a una sociedad más fraternal y solidaria, en la que el derecho al trabajo y a la vivienda han de ser objetivos prioritarios.
Por ello, ha reiterado, pide al Apóstol Santiago su intercesión para que quienes tienen la obligación y responsabilidad de gobernar, como es su caso, lo hagan "siempre con tino y con la sensibilidad necesaria para atender antes a quien más lo necesita".
En su discurso, el regidor compostelano también ha aludido a algunos de esos problemas que preocupan "como sociedad" y en este sentido ha aludido a la violencia machista, al terrorismo, "de todo tipo y de forma muy especial el que tiene que ver con las creencias religiosas", y a la "propagación de enfermedades mortales" porque "son cuestiones todas ellas para las que necesitamos encontrar el remedio adecuado" en aras de la paz social.
