Las adopciones de menores caen en picado en Galicia. En 2021, se registraron solo 46, once menos que en el primer año de pandemia y un 38% menos que en 2019, cuando 74 familias abrieron sus brazos a un miembro más. Atrás quedan las 368 que se dieron en 2005, un dato histórico. Los años de espera y trámites, los cambios de criterios que operan algunos países o el deseo de adoptar a bebés con poco tiempo de vida constituyen un freno en muchos casos, lo que se suma a otros factores como el retraso de la maternidad y la paternidad por las dificultades para conciliar o por la precariedad laboral.
En el conjunto del Estado, el año pasado fueron adoptados 846 menores. Aunque se superaron las cifras de 2020 –cuando 732 pequeños encontraron un hogar–, el dato acusa una caída del 15% con respecto a 2019.
¿Cuántos individuos o parejas iniciaron el proceso el año pasado? En Galicia, las administraciones recibieron 65 ofrecimientos para adopciones de carácter internacional, un 38% más que en 2019. A mayores, se computaron otras 95 peticiones para iniciar un proceso nacional, lo que supone un aumento del 15,8% en dos años. En 2005, se superaban las 800 demandas en conjunto. La comunidad en la que más se recurre a esta vía para materializar los anhelos de convertirse en madre o padre y de dar protección a un niño desamparado es Cataluña, donde más de 640 ciudadanos emprendieron el caminode la adopción el año pasado.
En el proceso administrativo, el primer paso es la valoración de idoneidad. De los 51 certificados emitidos en 2021 en Galicia, donde la tramitación de los procedimientos es competencia de la Consellería de Política Social, 42 reflejaron la aptitud de los solicitantes para la adopción nacional, en tanto que en otros nueve casos el resultado fue negativo. Otros nueve demandantes lograron un certificado positivo para emprender la tramitación a nivel internacional, una prueba que cinco no lograron superar.
Tras, en no pocos casos, una larga espera, el año pasado llegaron a buen puerto 31 expedientes en el ámbito nacional, a los que se suman otras 15 adopciones constituidas con pequeños de otros países. Las primeras fueron las que más se desplomaron, un 43% con respecto a 2019, en tanto que las segundas se contrajeron un 21% .
La radiografía refleja que se produjeron dos rupturas en Galicia, lo que significa que el menor y su familia adoptiva dejaron de convivir por iniciativa de esta última o de la Administración, que pasó a asumir la tutela del pequeño. En paralelo, prosperaron dos segundas adopciones.
Casi la mitad de los pequeños vienen de países europeos
Entre los 15 pequeños de otros países que, en 2021, pasaron a ser un miembro más de una familia gallega, siete procedían de otro países europeo, cinco son de origen asiático y otros tres vinieron de América. En cuanto a las edades, ocho tenían entre siete y diez años, uno era mayor de diez, cuatro tenían entre 4 y 6 y dos no habían cumplido más de tres.
La diferencia máxima entre la edad del adoptante y el niño que se incluye entre los requisitos en Galicia es de 45 años. Hasta 2018 era de 40 años, pero una sentencia del Constitucional obligó a la Xunta a ampliar ese límite.
