El hombre acusado de apuñalar mortalmente a una amiga con la que convivía en Boiro en julio de 2017 esperó junto el cadáver de la mujer hasta que llegó la ambulancia y "se interesó" por saber si tenía aún constantes vitales, aunque "huyó" del lugar cuando llegó la Guardia Civil, que tuvo que perseguirlo y detenerlo.
Así lo han declarado varios testigos que han participado este martes en la segunda sesión del juicio que se sigue en la sede compostelana de la Audiencia Provincial de A Coruña contra este vecino de Boiro, que se enfrenta hasta a 12 años y medio de prisión por un posible homicidio doloso.
En la sesión de este martes han participado los amigos que pasaron con la víctima y el acusado las horas anteriores al crimen, que han contado que el hombre se encontraba "normal" cuando ellos se fueron, dejándolos solos en la vivienda, y que habían estado consumiendo alcohol y drogas.
Asimismo, han contado que "siempre había discusiones" entre ambos y que el acusado "se volvía más violento" cuando bebía. También han admitido que la mujer lo había golpeado un tiempo antes de los hechos con un taburete en el transcurso de una discusión, dejándolo "sin sentido en el suelo". "No vio otro modo de pararlo", ha explicado uno de los testigos.
En la misma línea ha declarado el dueño de un bar próximo a la vivienda donde se produjo el crimen, y que había "expulsado" del local al acusado porque "no se portaba bien" con los clientes y tenía "comportamientos violentos"
"NERVIOSO"
El primero en entrar en la vivienda tras el crimen, el conductor de la ambulancia que se desplazó hasta el lugar alertada por el acusado, ha dicho que el hombre se encontraba "nervioso" y que le dijo que le había comprobado el pulso a la víctima, pero que "no lo había encontrado".
El testigo ha contado que el hombre estaba "interesado" por saber si la mujer aún tenía constantes vitales y que se quedó con él hasta que vio las luces de la Guardia Civil, momento en el que "dijo que había una casa al lado que tenía cámaras de seguridad" y "huyó".
El personal sanitario de la ambulancia ha descrito como "un horror" la escena que se encontraron en el interior de la vivienda, donde había una gran cantidad de sangre, especialmente en el cuarto de baño. La mujer, ha dicho tanto la médico como la enfermera, estaba "toda limpia" y con el pelo mojado, lo que apunta a que fue "lavada".
El cadáver presentaba, a simple vista, "muchísimas puñaladas", han dicho la médico y la enfermera, que han admitido que tenía un pantalón y una camiseta a modo de "torniquete", anudados en un brazo y una pierna.
DECLARACIÓN DE LOS AGENTES
También los agentes que llegaron en primer lugar a la escena, y que tuvieron que interceptar al acusado cuando se escapaba, han contado que estaba "muy nervioso" y "algo agresivo", aunque "no opuso residencia al detenerlo".
A los agentes, el acusado les dijo que se había encontrado así a su amiga al regresar a casa y lamentó que "se iba a comer él el marrón", han declarado. "Era consciente de lo que había hecho y quería evadir sus culpas", ha dicho uno de los agentes de la Policía Judicial encargados de investigar los hechos.
El acusado llevaba en el momento de su detención una mochila de deporte con varios objetos en su interior, entre ellos ropa ensangrentada, un monedero con la imagen de Hello Kitty que era de la víctima, dos cuchillos y un teléfono móvil roto.
Los agentes localizaron un trozo del mango de uno de los cuchillos, el de mayores dimensiones y que estaba cubierto con sangre de la víctima, en el suelo del cuarto de baño donde creen que se produjo la agresión y donde también se hallaron fragmentos del teléfono móvil.
En cuanto a las lesiones que presentaba el hombre, han contado que tenía un corte en un dedo, arañazos por la espalda y erosiones en los brazos. La sangre encontrada en la vivienda determina que el ataque comenzó en los últimos escalones de subida al piso superior.
