El recuerdo del triunfo ante el Real Madrid el pasado mes de diciembre es el asidero al que quieren agarrarse los aficionados del Cafés Candelas Breogán, esperanzados en un triunfo de su equipo ante la visita esta tarde (17.00 horas, Pazo dos Deportes de Lugo) del Kirolbet Baskonia.
La diferencia entre ambas plantillas es más que evidente en todos los aspectos; también lo era, obviamente, con el actual campeón de la Euroliga, y la necesidad de triunfo es igual o más perentoria en el caso del conjunto lucense.
No hay duda de que una segunda sorpresa esta temporada sería un paso muy importante en las aspiraciones breoganistas y un empujón anímico fundamental de cara a los dos siguientes compromisos, en los que los jugadores de Natxo Lezkano se jugarán gran parte de sus posibilidades de permanencia: la visita al Delteco Gipuzkoa y el encuentro, en Lugo, ante el Fuenlabrada.
Pero esas esperanzas de los aficionados lucenses, los que las tengan, tienen una argumentación muy fina. El Baskonia no es un equipo que se deje ir; es decir, no importa que haya jugado el viernes un encuentro de máxima exigencia porque hoy saldrán, otra vez, a por todas. No sabe lo que es la relajación y menos desde que Velimir Perasovic se hizo cargo del banquillo. Desde ese momento solo ha fallado en dos desplazamientos: en Tenerife (70-63) y ante el Real Madrid (82-76).
El Breogán tendrá que intentar compensar su inferioridad física con respecto a su rival. No será fácil
El Breogán, además, como sucedió aquel recordado 16 de diciembre, tendrá que ofrecer su mejor cara y subir de forma notable su nivel de juego para tener posibilidades. Con respecto a aquel partido ante los jugadores de Pablo Laso, el equipo lucense se ha debilitado en el juego interior, ya que Jerome Jordan abandonó el equipo y Henk Norel sigue sin debutar. Y esto ante jugadores como Johannes Voigtmann, Ilimane Diop o Vicent Poirier es casi determinante.
De todas formas, y aún superando esa inferioridad interior, el Breogán tendrían que hilar muy fino en otros aspectos. El porcentaje tanto en los tiros de campo como en los libres tiene que ser muy superior al habitual, entre otras cosas porque el conjunto baskonista —el segundo mejor de la ACB en rebotes defensivos— apenas permite segundas opciones, con lo que las posibilidades de anotación lucenses se verán muy reducidas ante el equipo que menos puntos ha encajado hasta ahora. Otro aspecto que necesitarían mejorar, y mucho, los lucenses, es el número de pérdidas —algo más de trece por partido— ante un rival que protagoniza el mayor número de recuperaciones. Es decir, si el equipo de Lezkano no cuida más sus posesiones, su rival podría matar el encuentro con canastas en superioridad y con altos porcentajes de acierto.
La defensa es, como es lógico, la otra pata del banco. El Breogán tendrá que intentar compensar su inferioridad física con respecto a su rival. No será fácil, costará un gran sacrificio y, sobre todo, un gran desgaste, pero no existe otro camino. Si el equipo de Perasovic juega cómodo terminará ofreciendo una exhibición anotadora como hizo en la pasada jornada ante el Unicaja, al que le endosó 112 puntos.
Elijah Millsap será duda hasta el último momento. De todas formas, el hecho de no haberse entrenado durante la semana a causa de una dolencia lumbar propiciará que sus condiciones no sean las adecuadas para un encuentro de estas características. Arco y Vidal, también con problemas físicos durante la semana, estarán a las órdenes de Natxo Lezkano.
