Qué es de... 🤔 Devin Wright: "Echo de menos los grelos de mi abuela"

Devin Wright lucha por un rebote en su etapa en el Breogán. ARCHIVO
photo_camera Devin Wright lucha por un rebote en su etapa en el Breogán. ARCHIVO

DEVIN NOEL WRIGHT RODRÍGUEZ es un ala-pívot nacido en Lugo en 1986, hijo del mítico Jimmy Wright y que ha vestido unas numerosas camisetas por el mundo de la LEB Oro, entre ellas la del Andorra y la del Breogán. Todo un trotamundos del baloncesto nacido en Lugo.

¿Puede hacernos un breve repaso a su trayectoria?

Empecé bastante tarde a jugar a baloncesto. En Lugo jugué a fútbol hasta los 14 años, en la Comercial. Al crecer me vieron muy grande y ya me metí en el Sagrado Corazón, con los hermanos Engroba durante dos años. Luego pasé por el júnior de Zaragoza y de ahí ya me fui a Granada, donde estuve casi cinco años (uno de ellos cedido en Mérida).  Comencé más seriamente mi carrera profesional pasando dos años en Alcázar, ascendiendo, y luego otros dos en Andorra, también con ascenso incluido. Luego vendrían dos años en Melilla, el año en el Breogán y otro en Ourense antes de venirme de nuevo a Granada.

¿Pesa, o ha pesado en alguna ocasión, el apellido?

Alguna vez ha pesado porque mi padre ha sido un jugador muy importante en Lugo, un histórico del Breogán. Está esa sombra, que puede ser una motivación extra y también hacer que todas las cosas sean más difíciles. Al final es inevitable. Estoy orgulloso de mi padre, pero siempre he intentado que me identificaran más por mi juego que por él.

¿Alguna vez algún rival le ha confundido con un jugador americano?

Aún me pasa a día de hoy, especialmente con los árbitros. Cada año que entra alguien nuevo y me hablan en inglés. Siempre les digo: "¡Pero que soy de Lugo, tío!"

¿Se le nota el acento gallego?

Se me nota sobre todo en cuanto estoy una o dos semanitas en Lugo, pero después, de tantos años fuera, algo de acento pierdes. Todo el mundo me dice que hablo cantando.

En Andorra vimos un Devin que rayó a gran nivel. ¿Con qué se queda de esa etapa?

Me quedo con el equipo que hicimos y el gran grupo que formamos. Evidentemente había calidad, si no no habríamos logrado tan buena temporada, pero destacaría lo bien que nos llevábamos todos. Esa fue la razón de conseguir tanto el ascenso como el gran papel de nuestro año de recién ascendidos.

¿Cómo era la vida en Andorra para un lucense?

Muy normal, como cualquiera. Vivía en Sant Juliá, el 80 por ciento del equipo vivía en el mismo bloque. Ya te puedes imaginar, estábamos siempre juntos y todo eso ayudó a hacer ese gran grupo. He llevado siempre una vida normal, cuidándome y entrenando, con mis días de fiesta y mi descanso.

En cambio en Lugo vivió una temporada complicada. ¿Qué sensación le dejó?

Fue un año difícil por muchos factores. El Breogán venía de una final, con grandes expectativas para tratar de consumar el ascenso. Al final el equipo no estuvo a la altura por muchas cosas: cambios en el equipo, las lesiones al principio (que es un momento fundamental), la enfermedad de Lisardo, que nos jodió bastante… todo eso afecta mucho. Al final ganamos cinco partidos que nos permitieron jugar los play off, pero lo más lógico es que si llevas una temporada tan irregular en los play off te eliminen.

Actualmente, en Granada juega con mucho exbreoganista (Bortolussi, Guille Rubio y Carlinhos de Cobos). Parece que han hecho un gran grupo, ¿no?

Sí, me recuerda mucho a cuando estuve en Andorra. Tanto el año pasado como este, pero este año en particular, tenemos la ventaja de mantener parte del bloque y apuntalar algunas posiciones, mejorándolas con Guille, Olmos, Pardina… La clave de este año es apostar por el jugador español. De hecho, no tenemos compañeros americanos. Este año está siendo bueno y creo, espero y deseo que será un muy buen año.

Hablando de ellos, ¿le ha tocado emparejarte algo con Guille?

Pueden saltar chispas ahí… Pues sí (ríe)… es un tío bastante duro, una piedra, me ha tocado sufrirlo bastante veces. ¡Pero Sergio Olmos tampoco es ninguna madre eh! Tengo también una guerra ahí con el…

¿Y qué echa Devin de menos de Lugo? ¿Y qué no?

De menos echo a la familia, sobre todo. Tengo a toda mi familia allí. También la comida: el pulpo, el cocido… ¡y los grelos de mi abuela! No echo de menos la humedad y la niebla de la mañana. Recuerdo días de ir al Pazo y quedarme pajarito.

Muy personal
Un vicio confesable: El chocolate, no hay día que no lo coma, y si no estoy de mal humor.

Una virtud: No sé si es una virtud pero cuando quiero algo voy a por ello y hasta que no lo consigo no suelo parar. 

Un defecto: Como dice Helen (su esposa) soy bastante huevón.

Una manía: Antes sí tenía, siempre tenía que apagar la luz tres veces, pero ya he dejado de hacerlo.

Algo que odia: Esa gente que no va de frente en la vida.

Alguien al que admires: A mi mujer.

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