Zapatero defiende en Wall Street sus medidas para reducir el déficit

Si hace unas semanas el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, intentaba tranquilizar a los inversores del mercado asiático, en esta ocasión ha llegado el turno de las principales instituciones de Estados Unidos. El mensaje es el mismo: las "difíciles y complicadas" decisiones adoptadas por el Gobierno español están encaminadas a devolver la competitividad a la economía.

En su segunda jornada en Nueva York, Zapatero compartió un desayuno de trabajo con los máximos representantes de bancos, fondos de inversión y aseguradoras como Soros, Citigroup, Morgan Stanley, Goldman Sachs, Prudential, Metlife o Blackrock, ante quienes situó a España en "el inicio de la recuperación". No ocultó que las medidas acometidas por su Gobierno fueron difíciles para el conjunto de los actores económicos, pero que su razón de ser es que "en el futuro inmediato" se vuelva a crear empleo.

El objetivo del encuentro, según el mismo explicó a los ejecutivos estadounidenses, era presentar la evolución de la economía española y de la zona euro, caracterizada, dijo, por "el inicio de la recuperación y la vuelta a la estabilidad financiera tras la crisis de la deuda soberana de mayo y junio". Flanqueado por su ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y por el director de su Oficina Económica, Javier Vallés, presentó el "amplio" capítulo de reformas emprendido para ganar competitividad y superar los desequilibrios acumulados en el periodo de ciclo expansivo vivido por España en los últimos quince años.

Las medidas, punto por punto

Entre los puntos positivos de la economía española, destacó el nivel "razonable" en el que se sitúa la deuda pública, veinte puntos por debajo de la media europea. No obstante, admitió que el déficit alcanzó cifras "muy altas" a finales del año pasado (más del 11 por ciento del PIB) y lo atribuyó a los estímulos fiscales puestos en marcha para contrarrestar la grave crisis económica derivada de la crisis financiera, "especialmente por la quiebra de determinadas instituciones en Estados Unidos y Europa".

Zapatero dejó claro que el proceso de gasto público y estímulos fiscales se ha terminado y que España ha emprendido un "ambicioso" plan de reducción del déficit para situarlo en 2011 en el 6 por ciento del PIB y en 2013 en el 3 por ciento.

Para lograrlo, explicó, el Gobierno ha apostado por reducir básicamente el gasto estructural, con una rebaja de los salarios públicos del 5 por ciento -"no ha sido fácil", reconoció- y la reducción de la inversión pública en infraestructuras, aunque el país, precisó, estaba muy por encima de la media en la europa respecto al PIB en este capítulo.

Pensiones y test de resistencia

Citó también la congelación de la revalorización de las pensiones para el próximo año y cómo, pensando en el medio y largo plazo, el país se encuentra en pleno debate para reformar el sistema de pensiones y retrasar la edad de jubilación. El sistema, dijo, "goza de buena salud", pero es necesario "preservarlo y conservarlo" y ser conscientes de que la evolución demográfica en la próxima década hará que las pensiones ejerzan una fuerte presión sobre el conjunto de los recursos públicos.

Junto a estas reformas, el presidente del Gobierno recordó también cómo para responder al momento mas agudo de la crisis de la deuda España propuso y la UE aceptó hacer públicos los test de resistencia a los que se sometieron las entidades financieras. España, según apuntó, dio a conocer los resultados del 95 por ciento de sus entidades, y ello se convirtió "en la mejor prueba de la solvencia del sistema".

A la reunión, celebrada en la residencia del embajador español ante la ONU, asistieron también los máximos responsables de Paulson and Co., Bridgewater Associates, Travelers, Wellington Management Co., KKR y TIAA Cref.

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