Víctima del presunto pederasta de Ciudad Lineal: "Un señor me engañó y me trajo aquí"

Este martes ha declarado el hombre que halló a una de las cuatro niñas agredidas en el distrito madrieño
El presunto pederasta de Ciudad Lineal, durante una sesión del juicio
photo_camera El presunto pederasta de Ciudad Lineal, durante una sesión del juicio

El hombre que encontró a una de las víctimas del presunto pederasta de Ciudad Lineal, en Madrid, ha declarado, este martes en el juicio, que halló a la niña sola debajo de un árbol "llorando y muy nerviosa" y que le dijo: "Un señor me ha engañado, me ha metido en un coche y me ha traído hasta aquí".

Se trata de una niña de 7 años y origen dominicano que fue presuntamente agredida por Antonio Ángel Ortiz el 22 de agosto de 2014 en un descampado del distrito madrileño de San Blas, donde fue encontrada. 

El testigo ha declarado ante el tribunal de la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Madrid que juzga al presunto pederasta, de 44 años, para quien la Fiscalía pide 77 años de prisión por secuestrar y agredir sexualmente a cuatro niñas. Ha dicho que encontró a la menor en el mencionado descampado durante su trayecto habitual de vuelta a casa, donde la halló sola, llorando y debajo de un árbol. 

La pequeña estaba desorientada, no sabía dónde estaba y solo alcanzó a decir que se encontraba con sus abuelos pero que, en un momento dado, "un señor" la llevó hasta allí en un coche. "Un señor me ha engañado, me ha metido en un coche y me ha traído hasta aquí", le dijo la menor al testigo. 

Según la psicóloga, la niña sufría pesadillas con monstruos y esqueletos y temía que el presunto pederasta se llevase a su familia

Ambos buscaron el vehículo –presumiblemente un Citroen Xsara–, pero al no encontrar nada y al descubrir que los abuelos de la niña vivían "muy lejos", el testigo decidió llamar a la Policía. 

Esta fue la segunda persona que se encontró a la menor minutos después de la agresión, si bien no fue capaz de decirle nada a la primera, salvo que se encontraba bien, porque en ese momento aún veía a su agresor, según testificó la semana pasada el agente que acompañó a la pequeña en la reconstrucción de los hechos.  

También ha declarado este martes la psicóloga que atendió a la menor y a sus padres, quien ha manifestado que la niña tenía "un comportamiento excesivamente regresivo y demandante hacia el padre, como un bebé". La niña sufría pesadillas con monstruos y esqueletos y le dijo que tenía miedo a que el presunto pederasta volviese a su casa y se llevase a su familia. Además, experimentaba un temor repentino a la oscuridad y su rendimiento escolar disminuyó, llegando a repetir un curso académico. 

Pese a todos estos síntomas, que según ha confirmado son compatibles con haber sufrido una agresión sexual, no se le diagnosticó ningún trastorno a la pequeña.

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