Veinte años por pegar, violar y amenazar a su amante con revelar su relación en San Sebastián

El hombre deberá cumplir ocho años de libertad vigilada una vez salga de la cárcel

Un hombre ha sido condenado a penas que suman veinte años de prisión por maltratar en numerosas ocasiones y violar en dos oportunidades a su amante, con la que mantuvo durante nueve años una relación extramatrimonial y a la que amenazaba con revelar a su esposo el vínculo entre ambos.

La sentencia del caso, a la que este viernes ha tenido acceso Efe, condena al procesado como responsable de dos delitos de agresión sexual con la agravante de parentesco; un delito de maltrato habitual; un delito continuado de amenazas leves en el ámbito de la violencia contra la mujer; un delito grave de vejaciones injustas y otros dos delitos leves de lesiones.

Además de las citadas penas de prisión, el inculpado deberá abonar distintas multas por un importe total de 1.500 euros, no podrá acercarse a su víctima ni comunicarse con ella durante 17 años y, una vez cumplida la condena de cárcel, permanecerá en libertad vigilada ocho años más.

Según la resolución, dictada por la Sección Tercera de la Audiencia de Gipuzkoa, los episodios de maltrato comenzaron cuando, tras "el período inicial de la relación", el procesado comenzó a someter a "actos de violencia física y psicológica" a la mujer, a la que encerraba en su domicilio, le daba empujones e intimidaba diciéndole: "No te vas de aquí".

La relación extramarital se mantuvo incluso durante un período que el inculpado pasó en prisión, entre septiembre de 2012 y mayo de 2013, en el que la víctima, que ha sido representada en este procedimiento como acusación particular por la abogada Eva Ramos García, llegó a visitarle "en varias ocasiones".

El escrito judicial precisa que tras abandonar la cárcel, el acusado atravesó un episodio depresivo en el que "manifestó una conducta de mayor agresividad" hacia la chica, a la que golpeaba "con los puños cerrados", le refería reiteradamente que ella iba a "morir" y le decía que "todo" lo hacía "mal", entre otras vejaciones.

Durante toda la relación, la perjudicada manifestó al hombre su deseo de romper el vínculo "clandestino" que mantenían, pero éste le amenazaba con personarse en el domicilio familiar de ella para desvelar a su marido su relación "paralela".

En concreto, la sentencia cita un episodio ocurrido el 24 de febrero de 2017 en el domicilio del acusado, donde éste comenzó a golpear a la chica con un cinturón mientras estaba sentada en el servicio, la obligó a desnudarse y, una vez en la cama, comenzó a propinarle puñetazos y patadas mientras le decía que iba a sacar un cuchillo, tras lo que la violó.

Dos días después, le remitió varios mensajes de móvil y le hizo unas videollamadas para pedirle que le dejara 30 euros. Ese mismo día acudió al domicilio de la perjudicada, empezó a tocar el timbre y le envío distintos mensajes en los que le amenazaba con entrar en la vivienda si no le cogía el teléfono.

Unas horas más tarde, descubrió a la víctima por la calle en el interior de su coche, se montó en él, le preguntó adónde se dirigía, le tiró del pelo, le golpeó en la cabeza y la obligó a dirigirse a su propio domicilio, donde volvió a golpearle "reiteradamente" en distintas partes del cuerpo.

Seguidamente, detalla el texto judicial, el hombre cogió un cuchillo jamonero "se lo puso en la tripa" y la volvió a agredir sexualmente.